Intro.
El pecado de egoísmo es siempre pensar en sí mismo, No importa los demás.
Si dicen, «Haga una fila», todos piensan «ah, yo primero». ¿Es bueno pensar así?
Si dicen, «Vamos a regalar estas….» todos piensan, «ah, yo primero». ¿Es bueno pensar así? Claro que no.
Por pensar sobre estos versículos que hemos leído, podemos comprender la desgracia y tristeza de esta actitud.
I. La desgracia de pensar así.
A. Todos miraban y esperaban egoístamente.
1) Todos pensando, «Yo quiero ser primero en entrar».
2) No importa los demás.
a) Los que ya han esperado por años.
b) Los que estaban graves con poca esperanza de vivir si no pudieran entrar.
3) Es casi seguro que el que era más sano de todos pudo entrar primero.
a) Fulano lastimó su dedo en la puerta. Allí está parado al lado del estanque listo a zambullirse si se mueve el agua.
b) Hay otros pobres enfermos acostados allí algunos con alta temperatura, otros paralíticos. ¿Qué esperanza había para ellos?
c) Allí viene otra señora ciega. ¿Que esperanza hay para ella?
B. Se mueve el agua.
1) Por supuesto, Fulano entró primero y su dedo se sanó.
2) ¿Piensa que todos los demás dijeron, «felicidades Fulano?»
3) Ah, no. Ellos estaban enojados. Ardiéndose de envidia.
4) Diciendo, «¿Por qué no pudiera haber sido yo que entró primero?»
5) Pero Fulano entró primero, sin pensar en los demás.
II. ¿Qué dice la Biblia en cuanto a esta actitud?
A. Lucas 13:30
B. Lucas 6:31
C. Prov. 20:3
D. Prov. 17:1
1) Un bocado seco = nada de comer.
2) Mejor es esto que una casa donde todos dicen «Yo primero».
E. Rom. 12:10
F. Rom. 13:13
G. Efesios 4:32
III. El de cambiar esta actitud demanda un esfuerzo grande.
A. Prov. 23:1-8
Concl.
Piense en los demás. Diga, «Otros primero». Esté dispuesto a ir sin nada si sea necesario.