Algunos líderes cristianos se han entregado a la filosofía que la manera de promover crecimiento en la iglesia es por complacer a la gente con sus gustos. Para hacerlo, hace algunos años atrás en los EE. UU. hicieron encuestas en el barrio alrededor de su iglesia preguntándoles “¿Qué quiere encontrar en una iglesia?” Algunos contestaron:

1. “Yo quiero que la iglesia ofrezca clases de gimnasia o artes marciales».

2. “Yo quiero que la predicación sea con drama o una obra de teatro».

3. “Yo quiero que la iglesia abandone lo tradicional y que sea cada vez más contemporáneo en cuanto a»:

a. La música
b. La traducción de la Biblia
c. La vestimenta

4. “Yo quiero que la iglesia incluya mucho tiempo social; fiestas y café antes de la escuela dominical y después también”.

El gran error de esto es que la gente del mundo no tiene el más mínimo concepto del propósito que Dios tiene para una iglesia. Para ellos, la iglesia más atractiva es aquella que está llena de gente. Aun algunos que dicen que son cristianos piensan así. Resulta como Pablo dijo de la iglesia en Corinto: “Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo, porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor” (I Corintios 11:17).

¿Cuál es el propósito de Dios para la iglesia local? Seguimos el ejemplo de la iglesia primitiva. En el libro de los Hechos leemos de ellos: “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y preservaban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones” (Hechos 2:41-42). La iglesia sirve para perpetuar la doctrina. Por eso, es un lugar donde es predicado y enseñado la Palabra de Dios. Aprendemos mucho sobre la debida función de la iglesia por leer las cartas del apóstol Pablo que fueron dirigidas a las iglesias en Corinto, Coloso, Filipos y Tesalonica. En Colosenses 3:16 leemos: “La palabra de Cristo mora en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos, himnos y cánticos espirituales”. Por eso, una iglesia debe ser un lugar donde Dios es alabado con salmos, himnos y cánticos espirituales.

Algunos años atrás escuché alguien decir, “Lo que trae a la gente a la iglesia es lo que precisará para que se queden en ella”. Yo he visto la verdad de esto. Si van a la iglesia para crecer espiritualmente y adorar a Dios en sinceridad y en verdad, van a quedar en la iglesia con tal que la iglesia siga facilitándoles en hacer esto. Si van a la iglesia para escuchar la música, quedarán con tal que la iglesia ofrece la música que a ellos les gusta. Si van a la iglesia para estar con sus amigos, quedarán con tal que sus amigos queden en la iglesia. Si un muchacho va a la iglesia porque tiene interés en una chica que asiste a la iglesia, es más probable que él no irá más si la chica rechaza su atención.

Para la gente del mundo, la iglesia con éxito es aquella que está llena de gente. Para ellos, no importa que la iglesia tuviera que apartarse de su misión divina para poder atraer a la gente. Es una gran equivocación modificar una iglesia para satisfacer los gustos de la gente del mundo. La única modificación que se justifica es la de hacer la iglesia más capaz de cumplir con su propósito divino.

¿Por qué asistes la iglesia? Si tu corazón está bien con Dios, vas a preocuparte por el testimonio de tu iglesia y apoyarla en cumplir con su propósito divino. Es muy importante que tengamos una actitud sana hacia nuestra iglesia.