En el Salmo 85, el salmista reconoce la bondad de Dios en restaurar a su pueblo y perdonarlo de sus pecados. Pero, también él pide a Dios que aparte su ira y enojo de ellos (v. 3-5). Él está pidiendo un avivamiento (v. 6), para que el pueblo pueda disfrutar de la vida una vez más. Por cierto, es imposible disfrutar de la vida por completo si uno no está bien con Dios (v. 7). El salmista dice que escuchará lo que Dios tenga que decir y que está seguro de que “hablará paz a su pueblo y a sus santos” (v. 8).
Note que esta sección tiene que ver con los santos. Estas son personas que experimentaron la salvación de Dios.
Note que serían ellos los que tendrán paz.
La Biblia habla de “paz” unas 429 veces. ¿Qué es paz? ¿Cómo la puedes obtener? ¿Es acaso necesaria?
¿En qué manera es abusada la doctrina de la Paz?
El aconsejar es algo que disfruto mucho, porque me encanta trabajar con gente ayudándoles a resolver sus problemas. Quizás, ¡es porque yo mismo he tenido tantos problemas que me siento con experiencia en esta área del ministerio! A veces, cuando estoy trabajando con otros, nos estancamos en un punto y no avanzamos. ¿Por qué? Es porque ellos tienen “paz” sobre lo que están haciendo y no necesitan más ayuda.
Lo que ellos en realidad están diciendo es, “No quiero confundirme con lo que la Biblia dice”.
Yo he tenido gente que me han contado largas y detalladas historias de lo que ellos quieren hacer: mudarse, cambiar de trabajo, dejar a su pareja, incurrir en más deudas, cortejar a una persona inconversa, escuchar un tipo de música incorrecto, dejar la iglesia, abandonar la escuela, etc. Y mientras estoy sentado, esperando a que ellos terminen, formulo en mi mente principios bíblicos que tienen relación con sus situaciones. Entonces, cuando finalmente acaban, a menudo añaden, “Y tengo paz al respecto”. En otras palabras, No me importa cuál sea tu respuesta, o lo que Dios diga, ¡lo voy a hacer de todas maneras!
Un hombre me dijo acerca de cómo él tenía “paz” en cuanto a abandonar a su esposa. Cuando acabó, le dije, “¡Puede ser que Ud. tenga paz, pero esa paz que Ud. tiene no es de Dios!”
Recuerde esto: Dios nunca dirige a nadie de forma contraria a su Palabra. Quizás, Ud. sea culpable de usar este pequeño cliché sin entender completamente la voluntad de Dios para su vida. Probablemente, todos nosotros lo hemos usado alguna vez en el pasado para justificarnos de algo que hemos hecho.
¿Por qué ocurre?
Ocurre porque ellos no saben cómo tratar o no quieren tratar los problemas que surgen. Posiblemente, están resentidos y no quieren dejarlo pasar o son simplemente testarudos. A veces, no quieren tener que enfrentar a Dios o a su Palabra con sus problemas. Creen que pueden controlar todo por sí mismos. En vez de apoyarnos en la doctrina de la paz, tenemos que aprender a dejar nuestros problemas y permitirle a Dios que obre en nuestras vidas.
¿Qué podemos aprender?
El uso de la palabra en el Antiguo Testamento es la traducción de la palabra, “shalom.” Su significado básico es “entereza” o “bienestar”. La verdadera paz está disponible para aquellos que confían en Jesucristo como su Salvador: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Rom. 5:1). Quien confía en el Señor puede disfrutar de verdadera paz tanto ahora como por la eternidad.
En segundo lugar, hay paz para aquellos que aman su Palabra: “Mucha paz tienen los que aman tu ley” (Salmo 119:165). Desde los versículos 166-168, es obvio que este amor significa obediencia a su Palabra.
En ambos, el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, la idea de la “paz espiritual” está relacionada directamente con Dios. Nunca debe verse como si fuera algo para la buena suerte. Debemos siempre recibir con gran interés a cualquiera que sabe un versículo bíblico que se aplica a nuestra situación particular.
Si Ud. quiere paz al discernir la voluntad de Dios, entonces: 1) busque todo el consejo que pueda en la Palabra de Dios, 2) Busque el poner los intereses de Dios en primer lugar—Mat. 6:33, 3) Sea honesto consigo mismo en cuanto a sus motivos. “Voy a comprarle a mi esposa un nuevo vehículo porque ella se lo merece.” ¿Cómo sabe Ud. que a ella no le gustaría montar una moto Harley Davidson? 4) Decida en base a principios, no en base a las preferencias. “¿Qué es lo correcto para mi familia?” y no “¿qué es lo que a mí me gustaría hacer?” Recuerde, Dios va primero en la carrera. 5) Lo que quiero hacer, ¿me llevará a estar más cerca de Dios, mi familia y la iglesia, o me apartará de ellos? 6) Mantenga su corazón y mente fijos en Jesús (Isaías 26:3).
Cristianos, si están buscando paz en un asunto, asegúrense de que están en el centro de la voluntad de Dios. No hay lugar para una paz falsa. La Biblia dice, “No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos” (Isaías 57:21). “Y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz” (Col. 1:20).
No abuse más de esta maravillosa doctrina; haga la paz con Dios ahora mismo. Deshágase de todas las excusas para no querer ser salvo y servir a Dios. Asegúrese de que la paz que tiene para hacer lo que quiere hacer viene de Dios y no de un corazón rebelde.
–El Escudo de la Fe