En Hebreos 12:5 dice, «Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor». La palabra menospreciar tiene la idea de no dar importancia a algo. Uno puede menospreciar algo dándolo poca importancia o directamente ignorándolo. Cuando Dios obra en nuestra vida permitiendo ciertas circunstancias difíciles con el fin de corregirnos y nosotros no reconocemos su «mano» de disciplina estamos menospreciando la disciplina del Señor. Es interesante que la palabra disciplina aquí no solo tiene la idea de castigar por desobediencia sino que también se refiere a la preparación y disciplina de un atleta. Un atleta tiene que «disciplinarse», manteniendo una dieta estricta, sacrificando ciertos placeres, siguiendo una vida muy limitada para poder sobresalir y ser mejor que los demás. Dios muchas veces nos prepara para su servicio con dificultades, pruebas y tristezas para que seamos mejores instrumentos en sus manos. Tanto la corrección por nuestra desobediencia como dificultades para nuestra madurez y crecimiento espiritual resultan ser la disciplina del Señor.
Reconociendo la mano de Dios
En cada situación en nuestras vidas debemos reconocer la mano de Dios. En Rom. 8:28 dice, «todas las cosa nos ayudan a bien». Dios está detrás de «todas las cosas». Por esto José pudo decir a sus hermanos, quienes por maldad lo vendieron como esclavo, «Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios». (Gén. 45:8). Por eso también David dijo a Abisai quien quería matar a simiei porque maldecía a David, «Si él así maldice, es porque Jehová le ha dicho que maldiga a David». (II Samuel 16:10). David aceptó sus circunstancias como de Dios. Jonás admitió a los marineros, «porque yo sé que por mi causa ha venido esta gran tempestad sobre vosotros». (Jonás 1:23). José y David reconocieron la mano de Dios en sus vidas que otros podrían haber ignorado. ¿Cuántas veces nos pasan cosas en la vida y ni siquiera preguntamos al Señor el propósito que Él tiene en el asunto? ¿Cuál es nuestra reacción a las dificultades, conflictos y problemas de la vida? ¿Reconocemos la mano de Dios en todas las cosas?
Reaccionado a la disciplina del Señor
Es notable las pocas personas en la Biblia que, cuando pasaron dificultades y conflictos en sus vidas, en seguida buscaron y consultaron a Dios para descubrir el propósito de Dios. Una excepción es cuando Saúl consultó a Dios en cuanto a sus planes de atacar a los filisteos y Dios no le contestó. Inmediatamente Saúl sabía que algo estaba mal con Dios y declaró, «Venid acá todos los principales del pueblo y sabed y ved en que ha consistido este pecado hoy». (I Samuel 14:38). Él era sensible en ese momento a la disciplina del Señor y quería saber porque Dios no le contestaba. En cambio Josué al ser derrotado después de atacar a Hai, se quedó diciendo, «¡Ah, Señor Jehová! ¿Por qué hiciste pasar a este pueblo el Jordán, para entregarnos en manos de los amorreos, para que nos destruyan?» (Josué 7:7). En vez de reconocer la disciplina del Señor, él reaccionó mal quejándose. Después Dios le reveló que era la disciplina del Señor. David, en cambio, no se dio cuenta que una sequía era parte de la disciplina del Señor y no le dio importancia por tres años. Dice II Samuel 21:1, «Hubo hambre en los días de David por tres años consecutivos. Y David consultó a Jehová». Lástima que esperó tres años antes de consultar a Dios y preguntarle que pasaba. Quizá el primer año lo aceptó como algo «normal», a lo mejor pensando, «bueno, cada tanto es natural que pasemos un tiempo en sequía». Quizá pensó lo mismo el segundo año, pero después del tercer año decidió consultar a Jehová. ¿Puede ser que nos pasen desgracias, dificultades y enfermedades que nosotros tomamos como «normal» pero en realidad son cosas que Dios nos ha mandado para nuestra disciplina?
Ignorando la mano de Dios
También hay muchos ejemplos en la Biblia, de personas que ignoraron la mano de Dios por completo en sus vidas y de esta manera «menospreciaron la disciplina del Señor». Los Corintios participaron de la cena del Señor «indignamente» y Dios los disciplinó. Pero ellos no lo entendieron así y por eso Pablo escribió diciendo, «por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen». (I Cor. 11:30). Más probable ellos no lo tomaron como la disciplina del Señor, por eso no reaccionaron con un deseo de examinarse cuando vieron tanta gente enferma y debilitada y con algunos que murieron. El profeta Hageo escribió a los Judíos que sufrieron muchos «contratiempos» en sus cosechas, con bolsillos que parecían tener agujeros porque ni bien entraba la poca plata que tenían y salía enseguida por algún motivo desconocido, que tenían todo en contra, que deberían «meditar sobre vuestros caminos». (Hageo 1:3-11). Ellos no se dieron cuenta para nada de la disciplina del Señor en sus vidas hasta que el profeta les explicó, «por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa. Por eso se detuvo de los cielos la lluvia y la tierra detuvo sus frutos». (Hageo 1:9-10).
Hay muchos mas ejemplos en la Biblia. No sólo hay ejemplos de la «disciplina» del señor por pecado, sino también clases de disciplina donde Dios solo quería enseñar a sus hijos ciertas cualidades como humildad, fe o paciencia. Era Dios quien llamó la atención a Satanás a la persona de Job, no viceversa. Era Dios quien tomó la iniciativa y cuando Satanás respondió que Job tenía protección y muchas bendiciones materiales y que por eso Job le servía a Dios, fue en ese momento que Dios le permitió a Satanás probar al siervo de Dios (Job 1). Cuando Dios vio en el apóstol Pablo la probabilidad de orgullo por muchas revelaciones que recibió de Dios, le mandó un «aguijón en la carne» (II Cor. 12:7-10). Algunos creen que el aguijón en la carne era una enfermedad de los ojos que era muy dolorosa, muy molesta no permitiéndole ver bien y que también le daba muy mal aspecto. Tanto la disciplina por desobediencia como la disciplina para enseñarnos es de Dios.
¿Por qué ignoramos la mano de Dios?
Una de las razones por la cual es tan fácil pasar por alto la mano de Dios en nuestra vida y así «menospreciar» la disciplina del Señor, es porque Él utiliza las cosas comunes en nuestras vidas para llamar nuestra atención o desarrollar una característica que Él ve que nos está faltando. Dios usó una tormenta en la vida de Jonás y los celos de los hermanos de José y el enojo de Simiei. Como leímos en Hageo, Dios estaba obrando a través de «sacos rotos», sequías y cosechas malas para llamar la atención de los Judíos. En la iglesia en Corintio Dios dice, «Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen» (I Cor. 11:30). Dios les estaba aclarando que su mano estaba detrás de los acontecimientos. Más probable ellos no lo vieron así. Dios utiliza las cosas comunes en la vida para corregir, enseñar y disciplinar a sus hijos.
Conclusión
¿Usted alguna vez contempló la posibilidad de que las dificultades que tiene podrían ser parte de la disciplina de Dios? ¿El dinero no alcanza? ¿El doctor no encuentra lo que tiene? ¿Sus hijos no siguen al Señor o muestran actitudes no cristianas? ¿Hay frustraciones en su vida que no puede solucionar? Dios utiliza cosas comunes en nuestras vidas para corregirnos y moldearnos en los instrumentos que Él quiere que seamos. No menospreciemos la disciplina del Señor dando poca importancia o ignorando directamente esas cosas comunes que Él permite en nuestras vidas.
agradezco su articulo sencillo pero con un gran valor de enseñanza que nos da a entender que a Dios no le va nada de las manos. Dios bendiga su vida y su ministerio.
agradesco su estudio aclaratorio sobre este asunto tan importante para el crecimiento y madures en nuestro peregrinar en el camino que el señor nos trazo para andar como el quiere reciben muchas bendiciones de alguien quien se identifica x estar siendo moldeado x el padre q siempre nos ama y quiere lo mejor para sus hijos atte.: abraham
Gracias queridos hermanos que el señor les siga bendiciendo en sabiduria para los que todabia estamos en ignorancia podamos seguir creciendo en el temor de Dios.
Muy buen estudio, por lo leído creo que estoy siendo disciplinado espero alcanzar la misericordia del Señor.
Muy interesante e instructivo este material. Responde muchas de mis inquietudes.
Muchos dicen que es herejía el hecho de creer que aveces la enfermedad es parte de la disciplina de DIOS
fue de gran ayuda para mi entendimiento y a demás pude aclarar dudas que no podía entender
Agradezco el estudio…a veces pregunto…cuando se terminará la disciplina …ya que puse todo en orden…
Estoy pasando por un mal momento se que Dios tiene el control, mi esposo me abandonó sin tener problema alguno. Solo dijo q no me amaba. Para mi es duro una situación de esta cuando se ve q todo anda muy bien. Pero entendí que Dios solo quería llamar la atención. Dios nos ama y quita cosas para que entendamos q él lo puede todo y lo da todo. Estoy en la disciplina de Dios. Es duro y ahora estoy orando por mi esposo porque sé que no está bien. Y esperando q Dios lo regrese. El matrimonio es de Dios. Espero en Cristo que regrese primeramente al camino de Dios y a nuestro hogar para Glorificar. Es duro pero Dios tiene el control de todo.
Muchas gracias por sus enseñanzas es una gran bendición y ayuda para mi vida espiritual que en estos momentos estoy pasando Dios los bendiga siempre en toda aria de sus vidas
Muchas gracias por compartir este estudio me a abierto el entendimiento acerca de la diciplina del señor en la desesperscion y dolor no me fue facil entenderlo, gracias que Dios lo siga usando para bendicion amen.
Bendiciones, muy buen estudio. Podríamos tener un estudio sobre la diferencia entre una prueba y la disciplina. Gracias.