No se nos dice quién trajo a los niños pequeños a Jesús, pero lo más probable es que fueron las madres. Bienaventuradas las madres que han creído tanto en Jesús como para traer a sus hijos a él. ¿Estamos deseosos de que los niños sean impactados con el evangelio? Si es así, traigámoslos a Jesús. La influencia de una madre proyecta la sombra más larga sobre las vidas de los niños. Se cuenta de un impío que al enfrentarse con la muerte, oró: “¡Dios de mi madre, ten misericordia de mí!” Hay que tener piedad por los niños cuyas madres no oran. Jesús ama a los niños, y oirá fácilmente el clamor de la madre en su favor.
I. Los niños necesitan el toque de Jesús
“Y le presentaban niños para que los tocase” (Mar. 10:13). Ninguno es tan inocente como para no necesitar el toque de su poder expiatorio. Solo su sangre redentora es el fundamento de la aceptación ante Dios. “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).
II. Los niños son bienvenidos a los brazos de Jesús
“Dejad a los niños venir a mí” (Mar. 10:14). El “Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz” (Isa. 9:6) es el Salvador de los niños también. Debilidad en los brazos de la omnipotencia. Padres, dejen que sus hijos vengan a Jesús por sus preceptos y ejemplo. ¡Qué terrible es ser un obstáculo!
III. Los niños deben ser traídos a Jesús
“Y le presentaban niños para que los tocase” (Mar. 10:13). Esto lo podemos hacer por medio de la oración y la dedicación. Reclamando la promesa, “Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos” (Hechos 2:39). Los padres cristianos no deben descansar en la creencia general de que todos los niños son salvos por la gracia de Dios en Cristo, pero definitivamente deben traerlos a Cristo y por la fe tener la seguridad de que él los bendice.
IV. Los niños no deben ser obstaculizados por los discípulos
“Los discípulos reprendían a los que los presentaban” (Mar. 10:13). El Señor todavía tiene muchos discípulos inmaduros que obstaculizan a los pequeños por su cruel indiferencia ante su bienestar espiritual. Los que se interponen en el camino de los niños no conocen el amor de Jesús, y en el corazón están fuera de simpatía con él en su gran salvación. Los niños a menudo se ven obstaculizados por las caras agrias largas de los adultos y sus grandilocuentes frases sobre el evangelio de Cristo. No los reprendas con una vida que no refleja a Cristo. ¡Qué el amor de Cristo los constriñe a través de nosotros! (2 Cor. 5:14)
V. Los niños son almas aptas para el Reino de Dios
“Porque de los tales es el reino de Dios” (Mar. 10:14). Es sugerente observar que cuando Jesús entró en la casa de Zaqueo, dijo: “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10); pero cuando habla de los pequeños, añade: “Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos. Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido” (Mat. 18:10-11). Dejando fuera la palabra buscar, como si los pequeños aún no estuvieran calculados entre aquellos que se han extraviado deliberadamente (Mat. 18:3-5).
VI. Los niños son ejemplos para otros
“De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él” (Mar. 10:15). Los niños pequeños reciben el reino de Dios sin dudas ni cuestionamientos, con un corazón honesto, sencillo. “De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza” (Mat. 21:16)
VII. Los niños son aceptados y bendecidos por Jesús
“Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía” (Mar. 10:16). Estas palabras indican una triple bendición:
1. Seguridad. “Tomándolos en los brazos”.
2. Compañerismo. “Poniendo las manos sobre ellos”.
3. Suficiencia. “Los bendecía”.
Su bendición no es una forma vacía, sino la impartición de gracia suficiente para su necesidad. “La bendición de Jehová es la que enriquece” (Prov. 10:22). ¿Quién no sería un niño para entrar en tal herencia? “Sed niños en la malicia” (1 Cor. 14:20).
excelente bosquejo espero que Dios los siga bendiciendo para continua con la obra que Dios les ha encomendado asi como ayudar a los que comenzamos en la predica