En Filipenses 3:14 el Apóstol Pablo dijo, “Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”. Nosotros también debemos tener metas. Sin metas no hay progreso. Quedamos dando vueltas en un pequeño círculo. Aun si tenemos metas no hay progreso a menos que nos esforcemos a alcanzarlos.
Nuestra meta principal debe ser el de llegar a la madurez espiritual. Tenemos que poner otras metas que nos llevarán a la meta principal. Quiero sugerir algunas metas que le ayudarán a alcanzar la madurez espiritual.
Debemos saber distinguir entre lo sagrado y lo profano. Ezequiel 44:23 dice “Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano”. Lo profano no es siempre algo malvado. Puede ser, pero, a su vez, puede ser algo que no tiene ninguna relación con lo espiritual.
Tenemos que saber dar la importancia debida a las cosas sagradas. Muchas veces está la tendencia a dejar la vanagloria de la vida reemplazar lo espiritual. Entre las cosas sagradas son las siguientes:
• La Santa Biblia: No podemos darle el respeto que merece, y a su vez ser negligentes en leerla. Cada día debemos tener un tiempo dedicado a la lectura de la Biblia. Si respetamos la Biblia, también vamos a hacer caso a lo que dice.
• La iglesia: Según I Timoteo 3:15, la iglesia es la casa de Dios. Debemos respetarla y apoyarla. Nuestro apoyo puede ser en asistir a la iglesia fielmente. Además, podemos tener un ministerio en ella. Debemos esforzarnos a llegar a la hora de cada reunión.
• El día del Señor: Desde temprano en la historia del cristianismo el domingo ha sido aceptado como el día del Señor. (Apocalipsis 1:10) Es para nosotros consagrar el día. Es decir que Dios merece que pongamos aparte un día por semana en especial para él. Desde que es la costumbre de los demás creyentes reunirse en la iglesia los domingos, es mejor que consagremos los domingos al Señor. Únicamente una emergencia impedirá al creyente maduro de estar en la iglesia en el día del Señor.
La madurez espiritual viene también por tomar decisiones firmes a detener las pasiones carnales. Si sabe que algo que está haciendo no es agradable al Señor o que es dañino a los en su alrededor, debe pedir perdón de Dios y tomar la decisión de no hacerlo más. Si sea fantasear, mentir o tomar en vano el nombre del Señor o cualquier otra cosa, cada vez que lo hace debe reconocerlo y pedir perdón de Dios o de los en su alrededor si fue dañino a ellos. Con tiempo va a ganar la victoria.
Otra meta para alcanzar la madurez es el compromiso de leer un buen libro cada mes. Eso es aparte de la Biblia, por supuesto. Si no sabe leer, su meta debe ser el de aprender a leer. Si le cuesta leer, anímate. Con tiempo va a ser más fácil si sigue esforzándose. Tal vez, con tiempo, puede leer dos o más libros cada mes.
No esté conforme en quedarse donde está. Hebreos 6:1 nos desafía a ir adelante a la perfección, o sea la madurez. El versículo dice “Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios”.