La impuntualidad es una enfermedad en esta vida. Hasta podemos llamarlo el síndrome de la impuntualidad, porque es un conjunto de síntomas que afecta negativamente nuestra vida personal, nuestra familia, nuestra iglesia, y nuestra nación. Es uno de los vicios latinoamericanos más característicos por sobre el alcoholismo o el tabaquismo. Somos famosos en todo el mundo por ser impuntuales, y hay algunos que les da orgullo por eso.
Tratamos de minimizar el problema de la impuntualidad en nuestras vidas con dichos como “Más vale tarde que nunca”. Que solo es una manera de decir que no es importante ser puntual. Cuando uno ha sido bombardeado toda su vida con este concepto y otros, nos ayuda a entender la mentalidad de nuestra gente. La puntualidad para muchos no es importante. Pero, en mi opinión, la impuntualidad en nuestras vidas es una de las razones principales por las cuales no hemos prosperado como nación.
Cómo cristianos, necesitamos encontrar una solución, una cura a esa enfermedad. La impuntualidad no es nada más un mal hábito, es una enfermedad porque crea muchos problemas y dolores innecesarios para nosotros. Aunque todo el mundo lo está haciendo, no significa que nosotros, los hijos de Dios, lo debemos hacer también. Dios quiere que seamos diferentes.
Por lo tanto, yo vivo mi vida con una perspectiva diferente. Yo quiero ser obediente a mi Dios y cumplir con todo lo que él espera de mí. Hay ciertos principios bíblicos que no puedo ignorar, como consecuencia, la puntualidad es importante en mi vida.
¿Cómo serían nuestras iglesias si los pastores siempre llegaran tarde a los servicios? ¿Cómo serían nuestros servicios si los que tocan los instrumentos llegaran tarde? En estas situaciones, ¿funciona bien el dicho “mejor tarde que nunca”? ¿Porqué aceptar algo mediocre en la vida en vez de exigir lo mejor, algo excelente?
Esa es la razón por la cual les pido que sean puntuales en esta vida, sobre todo en cuanto a las cosas de Dios. ¿Quieren ser como la mayoría de nuestra nación? O ¿quieren ser diferentes y especiales para nuestro Dios? La impuntualidad es una enfermedad que ha inmovilizado el pueblo mexicano y muchas iglesias de Jesucristo.
Quiero ver algunos síntomas de este mal que está afectando la efectividad de los siervos de Dios y de la obra de Dios en nuestro mundo. Es cierto que a cualquiera de nosotros a veces le pasa algo imprevisto que impide llegara la hora indicada.
I. ES REVELADORA
Porque revela que somos indisciplinados. Dios nos dice por medio del rey Salomón en Eclesiastés 3:1 “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”. Y Eclesiastés 8:5-6 dice, “El que guarda el mandamiento no experimentará mal; y el corazón del sabio discierne el tiempo y el juicio. Porque para todo lo que quisieres hay tiempo y juicio;”
Todos tenemos siete días a la semana. Cada día tiene 24 horas. Hay mucho tiempo para muchas actividades. Hay tiempo para dormir, para cocinar, para comer, para trabajar, y hay tiempo para dedicar a Dios. Nada es más importante en su agenda y en su vida que el tiempo que usted dedica a Dios. Son pocas horas al final de cuentas que nos reunimos como pueblo de Dios. ¿No creen que debemos mostrara nuestro Creador que él es importante para nosotros y que somos suficientemente disciplinados en nuestras vidas para llegar a tiempo?
Tal vez algunos tendrán que alistar la comida del domingo la noche anterior; otros tendrán que levantarse más temprano los domingos. Algunos llegan tarde a la iglesia porque están haciendo en el día del Señor lo que deberían hacer en los otros seis días de la semana. Este día no es de nosotros, el primer día de la semana es de y para nuestro Dios.
La impuntualidad demuestra indisciplina. Una característica de uno que administra bien su tiempo es la puntualidad. Al llegar siempre tarde, damos a conocer que no sabemos organizar nuestra vida ni nuestro tiempo.
El Sr. Donald Whitney dijo: “Una vida piadosa es el resultado de una vida espiritual disciplinada. Y, en el centro de una vida espiritual disciplinada está la disciplina del tiempo”. El Señor Jesús nos da un ejemplo: “Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles”. (Lucas 22:14). Su vida es un modelo de perfecto orden, armonía, y disciplina.
Sabemos que Jesucristo también vino al mundo en “el cumplimiento del tiempo” (Gálatas 4:4). Es decir en el momento exacto, en el momento puntual. Dios quiere que seamos puntuales. Cristo siempre vivía Su vida cumpliendo en el momento preciso los propósitos de Dios. Cada cristiano debe tener como meta crecer hacia la semejanza de Cristo, y parte de esa semejanza es la puntualidad. El ser puntual es una disciplina básica e importante de la vida.
II. ES PERJUDICIAL
Porque afecta negativamente nuestra iglesia y a nuestras vidas. I Corintios 14:40 dice, “pero hágase todo decentemente y con orden”. En muchas congregaciones las reuniones comienzan con unos cuantos hermanos presentes y de a poquito llegan los demás como gotas. Es triste que tengamos que comenzar nuestros servicios para nuestro Dios con tan pocas personas. ¿No merece el Salvador del mundo algo mejor que esto?
¡Qué tremendo sería que todos estuviésemos presentes 5 o 10 minutos antes del inicio de nuestros servicios! Podríamos sentarnos y preparar nuestros corazones ante la presencia del Señor. Y en el momento de comenzar, todos uniríamos nuestras voces en alabanza a Dios. ¡Cuánto más ánimo y expectativa habría si todos participásemos juntos desde el inicio de la reunión! ¡Qué diferencia habría en nuestros cultos si nos libráramos de los perjuicios de la impuntualidad! La impuntualidad daña todo y a todos.
III. ES CONTAGIOSA
Porque se esparce esta costumbre negativa a otros. Gálatas 5:9 dice, “Un poco de levadura leuda toda la masa”. Otro de los problemas de la impuntualidad es que es altamente contagiosa. Mayormente son los hermanos nuevos que llegan a tiempo a nuestros servicios. Algo negativo pasa con los que tienen mucho tiempo de haber creído en Cristo. Al pasar el tiempo como creyente, muchos llegan a ser muy apáticos e indiferentes en su vida cristiana.
Un recién nacido en Cristo da por hecho que todo creyente ha de tener un ferviente interés en aprovechar cada minuto de un servicio que es dedicado a Dios. Pero con el correr del tiempo, los nuevos observan que este no es el caso con los hermanos más antiguos y pronto comienzan a seguir su mal ejemplo. Se acomodan a la costumbre general y así otros más ingresan a las filas de los retrasados, digo retardados.
La Palabra de Dios nos exhorta: “decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano”. (Romanos 14:13). Y I Timoteo 4:12 dice, “sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza”. ¿Qué ejemplo está dando usted en cuanto a la puntualidad? Tenemos que poner un alto a esta costumbre contagiosa y demostrar con nuestra conducta que Dios es importante en nuestras vidas por medio de llegar puntuales a la casa de Dios.
IV. ES VERGONZOSA
Porque es de mal testimonio. II Corintios 3:2 dice, “Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres;” Los demás oyen nuestras palabras, pero sobre todo observan nuestras acciones. Nuestra vida es una carta abierta que ellos leen cuidadosamente.
Cuando ven nuestra falta de preocupación para ser puntuales en llegar a la iglesia, ellos leen un mensaje de apatía e indiferencia respecto de Cristo y Su evangelio en nuestras vidas. Al ver nuestra impuntualidad es probable que los de afuera saquen conclusiones como las siguientes:
1. “A esta gente no le interesa mucho lo que ocurre aquí”.
2. “Evidentemente no es algo muy prioritario para ellos”.
3. “Si los miembros de esta iglesia demuestran tan poquito apego a las cosas de Cristo, creo que el asunto no me va a interesar mucho tampoco”.
Pero, si llegada la hora, nuestro auditorio está lleno de gente que canta y participa con entusiasmo y fervor, los que entran dirán: “Aquí hay algo. Lo que veo en esta gente me despierta el interés de saber más”.
Nuestra actitud respecto a la puntualidad podría decir mucho a los que nos observan. ¡Cuidado que de esa manera estemos poniendo tropiezos a otros! En nuestras iglesias buscamos gente que ama a Dios con todo su corazón y con todas sus fuerzas. Se requiere fuerza para ser puntual. Queremos gente que es puntual, no gente que tendrá vergüenza cuando venga Cristo por nosotros.
V. ES CRIMINAL
Porque robamos tiempo de los demás. Efesios 4:28 dice, “El que hurtaba, no hurte más”. Cuando otros tienen que postergar el inicio de la reunión a causa de nuestra impuntualidad, les hemos robado tiempo. Otros disciplinadamente han llegado a tiempo para adorar al Señor y nosotros hemos quitado tiempo de la adoración y hemos afectado la calidad de la adoración por nuestra impuntualidad. Esto es criminal.
En este caso hemos jugado el papel de ladrón, robando a otros uno de sus bienes más preciosos, su tiempo. Y no sólo hemos robado a los hermanos, también hemos robado a Dios un tiempo de adoración. La Biblia nos exhorta “El que hurtaba, no hurte más”, y Lucas 6:31 dice, “Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos”. ¿A cuántos les gusta que otros le hagan esperar? A nadie le agrada eso. Entonces, no demos a otros el trato que no quisiéramos recibir de ellos. La impuntualidad es un asunto serio, es criminal.
VI. ES IRRESPETUOSA
Porque demuestra falta de consideración por otros. La puntualidad es una forma de demostrar alta estima por otras personas y su tiempo. Ser puntual es una parte del amor cristiano. Es pensar en el bien de los demás y no solo en el mío. La impuntualidad es desestimar a otros ya su tiempo.
Filipenses 2:3 nos dice, “estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;” Una forma de mostrar esa consideración es por medio de la puntualidad.
Están fallando en cumplir el mandamiento más repetido en la Biblia, que nos amemos los unos a los otros. Muchos no se dan cuenta de cuánta frustración han causado a otros por sus atrasos a los servicios, y de cuánto desaliento han sembrado en la congregación de Dios. Es importante tomar conciencia de ese hecho, porque la impuntualidad es irrespetuosa.
Conclusión:
Mateo 25:1-13 nos relata la parábola de las Diez Vírgenes. En esa historia aprendemos tres cosas de las vírgenes que llegaron tarde:
1. Llegaron atrasadas por no hacer los preparativos necesarios. La puntualidad requiere preparar las cosas de antemano para poder evitar los atrasos. Necesito hacerme las siguientes preguntas: ¿Qué cosas debo atender el día anterior? ¿Cuánto tiempo necesito para alistarme? ¿Cuánto tiempo necesito para llegara la reunión a tiempo? ¿A qué hora debo partir de mi casa?
2. Las que llegaron tarde son denominadas: “imprudentes”. Tendríamos que deducir de esta historia que la impuntualidad es una imprudencia. ¿No seríamos prudentes en corregir esta área de nuestras vidas hermanos?
3. Por su atraso perdieron una bendición grande. Por su impuntualidad las insensatas se perdieron la boda. En esta parábola eso representa perder el reino de Dios. Fue un pequeño descuido, pero resultó en un gran perjuicio. Los pequeños atrasos pueden ocasionar grandes consecuencias negativas para nosotros.
¡Cuánto bien espiritual hemos perdido por habernos perdido el inicio de muchos servicios de Dios! ¡Cuántas veces el Señor tenía una palabra para nosotros, pero no estábamos allí para recibirla! ¡Cuánto pan espiritual hemos perdido por nuestros atrasos! ¡Cuántas horas de alabanza a Dios hemos desperdiciado!
Probablemente la mayoría de ustedes raramente fallan en su puntualidad a sus trabajos seculares. ¿Hemos de hacer menos para Aquel que su vida dio por nosotros en la cruz? Si nosotros cumplimos puntualmente con nuestros empleadores terrenales, ¿acaso no merece mucho más nuestro Señor Jesús?
Cuando terminamos de sacar todas nuestras excusas, tenemos que admitir que en el fondo tenemos un corazón que ha perdido su primer amor. Ya no es tan importante nuestra presencia y puntualidad en la casa de Dios. Hemos sido infectados con apatía e indiferencia. Mucho cuidado, hermanos, es un problema muy peligroso.
Hay un refrán que dice: “Cuando el corazón está bien, los pies son veloces”. Tal vez aquí está la verdadera razón porqué nos cuesta llegar a tiempo. El problema no está en los pies, sino en el corazón.
¿Hasta qué punto ha sido su vida afectada por esa enfermedad? Probablemente todos tenemos que admitir que hemos sido contagiados. Posiblemente nunca nos hemos propuesto seriamente a corregir esta costumbre negativa y dañina.
¿Está dispuesto a proponerse ante Dios a combatir este problema en su propia vida? ¿No cree que es tiempo que usted abandone las filas de los retardados? Le animo a que declare la guerra contra la impuntualidad. Aún no es demasiado tarde para hacerlo. ¡Qué Dios nos ayude a ser puntuales para él en este mundo!
Hermano.
Dios le bendiga. Gracias por compartir este artículo tan pertinente a la situación de la iglesia cristiana en este tiempo. Es un tema punzante, pero tan necesario. Su escrito nos confronta y nos motiva a tomar en serio la puntualidad en todo lo que hacemos porque es para honrar a nuestro Dios y aportar a cumplir su misión con honra. ¡Gracias!
bendiciones por que para mi vida asido de bendicion.
Señor Edwin, saludos.
Gracias por su artículo acerca de la impuntualidad.
Le solicito permiso para usar la totalidad de dicho artículo, con reconocimiento de autoría, para repartirlo entre nuestra comunidad y para publicarlo en Facebook.
Espero su pronta contestación.
Esto es muy constructivo para mi vida, agradezco a Dios y a ustedes x este regalo. solo quien ama a Dios lo estrega todo.
me he encontrado con este articulo sin querer y lo he leído me ha gustado que incluya la puntualidad en Dios , y el ejemplo de las vírgenes fue muy preciso, tiene todo de cierto que la impuntualidad es una enfermedad y que Dios no es impuntual con nosotros para darnos la vida y que debemos de ofrecer lo mismo al llegar a la iglesia, soy de la iglesia la luz del mundo y aquí se practica la puntualidad :)
En mi iglesia (Bautista) me llamarìan legalista si dijera esto. La verdad es una rotunda vergüenza el que toda la iglesia adquiera semejante costumbre, cosa que se ha generalizado en mis hermanos, tal que nadie lo nota porque es tan normal para ellos, pero a mi me indigna y daña. Orarè y meditarè por esto.
Gracias hermano quien redactò esto, me ha sido de gran edificaciòn y oportuna. Bendiciones.
Bendiciones hermano, en mi Iglesia no solos pastores porque no hay un pastor hispano, solo un pastor americano, pero nos pusieron a cargo a un hermano y a mi, y una de las cosas en las que quisimos exhortar es la puntualidad, hubo algunos hermanos que lo tomaron de mala amanera porque siempre llegan tarde, así que los domingos para no verse mal llegando tarde no asisten a la escuela dominical, solo llegan a la segunda hora que es el servicio. Esto causa mucho daño pues nos hace quedar como si quisiéramos imponer la puntualidad porque a nosotros “si se nos da” y vemos que está causando como alejamiento de algunos hermanos. La verdad también nosotros tenemos muchas cosas que hacer pero ponemos como prioridad al asistir y llegar puntual y damos el ejemplo. Pero lamentablemente eso no es suficiente
Y nos encontramos en una situación en la cual no sabemos que hacer.
Hola querido pastor… Q Dios lo bendiga muchas gracias por escribir semejante verdad. Me ha llegado directamente a los tuétanos y con su permiso voy a usar su publicación para exhortar a la congregación donde asisto mientras tengamos la conciencia sensible a la instrucción del Señor. Mi anhelo es servir con excelencia a mI SEÑOR Es lo menos q puedo hacer para corresponder en algo a su infinito AMOR y gracia con q me amó.
Amén! pero gracias sean dadas a Dios porque El si es puntual, fiel, cumplido, gracias porque no es igual a nosotros y sobre todo porque no tarda a sus promesas como algunos las tienen por tardanzas.
Bendiciones !
Exelente articulo pastor!! me da tranquilidad en mi conciencia dado que tengo que atravesar (tolerancia de por medio) que los pastores de mi iglesia lleguen tarde a los servicios y a todas las actividades en mi iglesia, eso si no me animo a sugerir nada por temor a una respuesta contraria, pero la verdad lamentable es que la impuntualidad en ellos es moneda corriente yo soy miembro activo de la misma soy ministro de alabanza y me cuesta mucho digerir esta actitud en ellos, pero pido a Dios que me tenga misericordia y que me ayude a tolerar, la verdad es muy molesto mas viniendo de la cabeza Dios les bendiga grandemente!!!!
gracias por esta hermosa reflexión, por que ahora entiendo mejor la puntualidad, entiendo que siendo puntual agrado a Dios,,muchas bendiciones a quien haya escrito este articulo tan necesario para todos.
Dios le bendiga grandemente pastor, saludo de mi parte soy predicador de la palabra de Dios y pienso que esta reflección o escrito está muy bien para que despierte mucha gente que en la congregación vive muy lejo de esta gran verdad ya que la impuntualidad unidad a la distracción después que se empieza la reunión es cada día más elocuente y ya no se piensa en guardar el debido respeto por las cosas de Dios, cuando deberíamos tener mucho más respeto por lo que nos es dado ya que de eso depende nuestra vida eterna, por lo tanto solicito su permiso para usar ese escrito en la congregación para que se tome conciencia sobre ese gran mal que muchos padecen sin siquiera saberlo.