Los eruditos y maestros cristianos siempre han considerado el libro de los Hechos como el libro de la historia del N.T. Escrito por Lucas, Hechos cubre un período crucial que empezó con la ascensión de Cristo y termina unos 30 años más tarde con Pablo en la prisión después de su tercer viaje misionero. Cambios ocurren en casi cada capítulo. El pacto antiguo desaparece gradualmente y el nuevo pacto aparece en todo su plenitud.
En Hechos vamos de la sinagoga a la iglesia, de la ley a la gracia, de los santos del A.T. a los santos del N.T., de un cuerpo de creyentes judíos a varios cuerpos de creyentes compuestos de gentiles y judíos.
Las únicas enseñanzas en el libro de los Hechos que pueden llamarse normativas absolutas para la iglesia son aquellas que están doctrinalmente confirmados en otra parte de la Escritura. Pero los Carismáticos adoptan un enfoque diferente. Ellos seleccionan Hechos 2 más otros tres pasajes en Hechos y estructuran su teología en torno a sucesos históricos que contienen actividades pasmosas y milagrosas.
El asunto de la transición histórica comienza con Hechos 2:4. Este versículo contiene la verdad central a partir del N.T. para los creyentes Pentecostales y Carismáticos. Ellos enseñan que en la conversión el cristiano recibe el Espíritu Santo de forma limitada. Más tarde en una experiencia posterior, el cristiano recibe una «plenitud» del Espíritu al ser bautizado «con, en, o del Espíritu». Al ocurrir esta experiencia posterior, el cristiano es sobrenaturalmente sumergido y inmerso en el poder del Espíritu de Dios. La experiencia por lo general va acompañada por el hablar en lenguas y resulta en nueva motivación y poder espirituales hasta que pueden resultar en lo milagroso.
Ellos enseñan que el bautismo del Espíritu no es solo una experiencia posterior sino algo que el cristiano debe buscar. Los Pentecostales entienden que las características más importantes del bautismo del Espíritu Santo son:
1. Que el suceso es usualmente distinto del nuevo nacimiento y posterior.
2. Que se evidencia inicialmente por la señal de hablar en otras lenguas.
3. Que debe buscarse con vehemencia.
El único lugar que puede usarse en un esfuerzo para apoyar esta doctrina de los sucesos posteriores es el libro de los Hechos. En el pasaje de I Cor. 12:13 no pueden usarse para demostrar la doctrina de los sucesos posteriores debido a que el versículo habla del espíritu de sumisión del creyente cuando el se presente para el bautismo y membresía en el cuerpo (iglesia). No se menciona ninguna evidencia como lenguas o que ellos buscaban el bautismo del Espíritu.
En efecto aún el Libro de los Hechos no apoya totalmente a los Carismáticos en los cuatro lugares donde se menciona lenguas o el bautismo del Espíritu Santo: capítulos 2, 8, 10, y 19. En Hechos 2 y 8 hay el elemento de posterioridad. En Hechos 10 no hay posterioridad, los creyentes fueron bautizados en el Espíritu al momento de creer. En Hechos 19, también.
¿Y qué acerca del elemento de las lenguas? Los creyentes hablaron en lenguas en Hechos 2, 10 y 19. En el cap. 8 no se registra el hablar en lenguas.
¿Y qué del requisito de buscar el bautismo con vehemencia? Los creyentes no buscaron obtenerlo mediante algún esfuerzo en Hechos 2, 8, 10 y 19. Simplemente esperaron el cumplimiento de la promesa del Señor.
El resumen es bien claro. Decir que el libro de los Hechos presenta el patrón normal para recibir el Espíritu Santo ni siquiera es consecuente con el libro de los Hechos.
Cierto es que los cristianos en Pentecostés, gentiles en la casa de Cornelio, y judíos en Efeso, quienes tenían «solo el bautismo de Juan» recibieron el Espíritu Santo y hablaron en lenguas. Pero por que estos tres sucesos hayan ocurrido en el libro de los Hechos no significa que deben ser la norma por todo cristiano.
Ninguno de estos cuatro pasajes afirma que las lenguas deben ser la experiencia normal de todo cristiano. Para que algo sea normativo debe ser común a todos.
La posición Carismática normal en cuanto a Hechos 2 es que hay un bautismo del Espíritu Santo acompañado por lenguas y que dicho bautismo ocurre a continuación de la salvación o posteriormente a la misma. Los Carismáticos destacan que quienes experimentaron el bautismo y las lenguas en Hechos 2:1-4–los apóstoles y otros discípulos–ya habían sido salvos. Aquí, en Pentecostés, estaban recibiendo el poder del Espíritu Santo, el cual ellos usarían para cambiar al mundo.
Los Carismáticos tratan de alegar que los discípulos sí tenían el Espíritu Santo mucho antes que Pentecostés. El pasaje de prueba que usan es Juan 20:21-22. Según la interpretación Pentecostal de este pasaje los discípulos recibieron el Espíritu Santo después de la resurrección, pero ellos experimentaron una recepción posterior del Espíritu Santo más tarde en Pentecostés.
Justo antes de su ascensión, Jesús reunió a sus discípulos y les dijo que no se fueran de Jerusalén, sino esperaran la promesa del Padre, y él continuó diciendo: «Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días». Hechos 1:4-5.
Tres eventos en la historia del Espíritu Santo con los discípulos son muy importantes para nosotros a estudiar:
1. ¿Cuándo recibieron el Espíritu Santo?
2. ¿Qué fue el bautismo del Espíritu Santo?
3. ¿Qué o quien recibió el poder el día de Pentecostés?
Si logramos a entender estas tres cosas, vamos a tener una buena clarificación de la doctrina del Espíritu Santo.
Es claro que los discípulos no recibieran el Espíritu Santo como nosotros (al momento de creer) sino la mismo ley del A.T. regia hasta la muerte y resurrección de Jesús. El Espíritu Santo vino sobre ellos, pero no moró en ellos. En Juan 20:21-22 Jesús dio un mandamiento. No puedo imaginarme que ellos vayan a rechazarlo. Él tenía que ser glorificado antes de que el Espíritu Santo pudiera morar en los santos. Recuerde que él dijo a María que no le tocara porque no había subido al Padre todavía. Se presentó después de esto en un cuerpo glorificado.
El bautismo del Espíritu Santo fue dado en el día de Pentecostés a la iglesia. Era la inauguración de la iglesia, no la fundación de la iglesia. Jesús mismo fundó la iglesia en Jerusalén. En este momento, el edificio fue llenó con el Espíritu Santo y todos ellos fueron sumergidos (bautizados) en él. Como la iglesia nunca ha dejado de ser, no hay necesidad de hacerlo de nuevo. En el caso de Cornelio, era un grupo de Gentiles, y si Dios no hubiera repetido la experiencia, los judíos no hubieran consentido al bautismo, ni hubieran recibido a ellos como hermanos. No encontramos ni un ejemplo donde solamente unos individuos de un grupo fueron bautizados y otros no.
En el día del Pentecostés, la iglesia recibió el poder de evangelizar el mundo, porque este es el trabajo y razón para existir de la iglesia. Una iglesia que no cumple con este deber, no es una iglesia bíblica. Todos los milagros hechos por los discípulos (y ninguno fue hecho por la membresía común) fueron hechos como representantes de la iglesia.
En el año 1976 los Pentecostales convocaron una conferencia mundial en Jerusalén para celebrar «el continuado milagro de Pentecostés». Significativamente, tuvieron que tener intérpretes y auriculares para que los diferentes delegados pudieron oír y entender en sus propios idiomas. No es de extrañar que los Pentecostales y los Carismáticos no insisten que las lenguas que ellos hablan tienen que ser idiomas extranjeras que pueden distinguirse como se indica en Hechos 2. Ellos afirmaron que las lenguas que ellos hablan son para fines devocionales y son ininteligibles.
Los Carismáticos afirman que en Hechos 8:14-17 hay un ejemplo de la doctrina de la posterioridad. Los samaritanos habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús, pero todavía no habían recibido el Espíritu Santo. Aquí está presente la posterioridad, pero la razón por el intervalo del tiempo es que ellos estaban en un período de transición histórica.
El odio entre los judíos y los samaritanos era bien conocido. Si los samaritanos hubieran recibido el Espíritu Santo en el momento en que creyeron, el terrible desacuerdo entre los judíos y los samaritanos pudo haber continuado en la iglesia cristiana. La iglesia en el día de Pentecostés estaba formada por judíos creyentes en Cristo. Pero si los samaritanos hubieran comenzado su propio grupo cristiano, el odio y las viejas rivalidades podrían haberse perpetuado.
Hay un punto gramatical interesante en Hechos 8:16 que dice, «Porque aun no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús». La palabra griega para indicar «aun no» es oudepo. Algunos lexicógrafos indican que el termino no significa simplemente que algo no ha sucedido, sino que algo que DEBERÍA HABER SUCEDIDO todavía no ha acontecido. Sería como decir que los samaritanos eran salvos, pero por alguna extraña razón lo que debería haber sucedido, no había ocurrido.
Es interesante notar que aquí no se menciona lenguas, ni sonido de viento, a pesar que, debe haber ocurrido alguna señal natural, según lo que indica la reacción de Simón. Pero lo decisivo fue que todos los presentes sabían que no habían dos grupos con distintas doctrinas sino uno solo.
Un tercer pasaje básico para el argumento Pentecostal/Carismático es Hechos 10, el cual registra la salvación y recepción del Espíritu Santo por Cornelio y otros gentiles en Cesaría de Filipos.
Cuando un judío volvía de viajar por un país gentil, se sacudía el polvo de sus pies y sus vestidos, porque no quería traer tierra de gentiles dentro de Judea. Un judío no entraba en la casa de un gentil, no comía una comida preparado por manos de gentiles, y algunos judíos ni siquiera compraban carne cortado por un carnicero gentil. El perjuicio racial era mucho más profundo de lo que hemos visto.
Sin embargo, Dios habló en Hechos 10 y le dio a Pedro una visión que le enseñó que Dios no hace acepción de personas. Inmediatamente después que Pedro tuvo la visión, tres hombres vinieron a la puerta de su casa y explicaron que habían sido enviados por Cornelio, quien quería ver a Pedro y aprender más de Dios.
Recordando la visión, Pedro tragó su orgullo judío y convino en acompañar a los gentiles de vuelta a Cesaría donde vivía Cornelio. Pedro presentó el evangelio y Cornelio y el resto de las personas que estaban presente creyeron. Pedro y otros judíos con él se quedaron atónitos «de que también sobre los gentiles se derramase el Espíritu Santo. Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios». Debido a esto, Pedro respondió: «¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?»
Nota: No había brecha de tiempo entre creer en Cristo y recibir el Espíritu Santo y Pedro infiere que quienes reciben el Espíritu Santo deben ser bautizados. Indudablemente, Pedro estaba convencido de que dichas personas ahora eran salvas y debían ser bautizados.
En Hechos 11:15-17 tenemos la prueba de lo que es el bautismo del Espíritu Santo. Este segundo acontecimiento fue para probar que no había ninguna diferencia entre judío y gentil. La norma es la salvación y el Espíritu al mismo tiempo. Los judíos y los gentiles sabían que tenían el mismo Espíritu Santo.
Hechos 19 continua mostrando a personas en transición. Relata la llegada de Pablo a Efeso en uno de sus viajes misioneros donde se encontró con «ciertos discípulos».
«¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis?» les preguntó Pablo. La respuesta es interesante: «Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo». «¿En qué pues, fuisteis bautizados?» «En el bautismo de Juan», contestaron.
Tan pronto que los discípulos de Efeso oyeron de Jesús, creyeron y fueron bautizados. Al momento que Pablo puso sus manos sobre ellos, ellos recibieron el Espíritu Santo. Ellos hablaron en lenguas y profetizaron.
¿Por qué Pablo impuso las manos? Parece que lo hizo para mostrarles que como judíos ya no eran las enseñanzas de Juan lo que debían seguir, sino las enseñanzas de los Apóstoles. ¿Y por qué recibieron el don de lenguas? Evidentemente para ayudarles a que supieran que a pesar de haber estado conectados al A.T. y Juan el Bautista, ahora formaban parte de la iglesia.
En realidad todo el tema del Libro de los Hechos es mostrar como la oración de Jesús en Juan 17 estaba recibiendo respuesta. Recordemos que Jesús oró, «Para que todos sean uno; como tu, oh Padre, en mi, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tu me enviaste». Pero antes que todos los creyentes pudieron ser uno, tenía que haber un período de transición.
Joseph Dillow resumió nuestra responsabilidad cuando dijo: «No debemos cometer el trágico error de enseñar la experiencia de los apóstoles sino más bien, debemos experimentar la enseñanza de los apóstoles. La experiencia de los apóstoles se encuentra en el libro transaccional de los Hechos, mientras que la enseñanza de los apóstoles es manifestada claramente en las Epístolas, las cuales son la guía para nuestra experiencia cristiana de hoy».
Negar lo que la palabra de Dios claramente enseña, cuestionar la promesa de Dios y buscar mediante el esfuerzo humano lo que él ya ha otorgado, está mal, no importa cuan eufórica pudiera ser la experiencia. En vez de buscar poder, los cristianos deberían buscar el sufrimiento que libera el poder que ellos ya poseen.
Estimado escritor yo pertenesco a una iglesia cristiana pentecostes la cual tambien se practica el mover del Espiritu Santo, pero yo en lo personal e escudrinado las escrituras en 1 cor. cap. 12,13,14 y creo que no hay bases biblicas que soporten las experiecias personales acerca de la llanura del espiritu santo. me quiero cambiar de iglesia pero quiero estar seguro que es la volutad del Senor antes de tomar una decision porque quiero moverme bajo su direccion. le pido su opinion por favor con soporte biblico Dios lo bendiga. Gracias.
Estimado Israel,
Que la paz del Todopoderoso, le bendiga.
Al ver su mail, veo que tiene muchos deseos de hacer la voluntad del Senor, lo primero de usted debe de hacer es Orar mucho, pedirle al Senor que lo guie en la busqueda de una iglesa de sana dotrina, y que ponga enfasis en el estudios de la biblia.
Estoy segura que el Padre Celestial le ayudara a aclarar sus dudas.
Dios le guarde en el amor de Cristo
Guadalupe