La historia del nacimiento de Jesús por un médico

[Se debe tomar en cuenta que este artículo fue dirigido a los que no creen que la Biblia es la Palabra de Dios, y que creen que debe tratarse como cualquier libro de historia. El autor demuestra que aun así la Biblia tiene reclamos que deben ser tomados en serio.]

Es difícil estimar en valor excesivo la deuda del mundo a Lucas. Si no fuera por él no tendríamos la historia de la navidad. ¡Cuán pobres seríamos sin ella!

1. Es un elemento vital en la historia de Lucas. Siendo Lucas un hombre conocido por su cultura general, su instrucción científica como médico, y por sus cuidadosas investigaciones como historiador, es más difícil decir que Lucas solamente agregó la historia del nacimiento de Jesús a su Evangelio porque la recogió, y porque quiso dar un relato más amplio que el que Marcos había dado. Si «Lucas es un historiador de primer orden,» deberá ser acreditado con propósito serio en dar la historia del nacimiento virginal de Jesús. «Podemos pues, argüir con confianza perfecta que Lucas no sacó la narración del nacimiento y la niñez de Jesús del hablar corriente y creencia general». Decir que él era crédulo y relataba leyendas acerca de María y Elizabet, José y María, Juan y Jesús, es contradecir a Lucas 1:1-4, y tildar a Lucas o como hipócrita o como incompetente.

Uno puede pasar por alto un prejuicio personal ocasional, o de vez en cuando un lapso del historiador sin descartarle, si uno tiene pruebas de talos faltas en él. Una mosca ocasional en el ungüento puede no tomarse en cuenta. Pero en un asunto decisivo, como el nacimiento de Jesús en Lucas 1 y 2, uno no puede pasar por alto el descuido o la credulidad del escritor. «Si se convence el historiador de error vital sobre un punto tan vital, deja de ser fidedigno por su propia causa». No podemos negar el hecho que Lucas, gran historiador y gran médico, registraba sobriamente el nacimiento sobrehumano de Jesús. Lucas relata que Jesús tuvo una madre humana, pero no tuvo padre humano.

Es imposible separar a Lucas el médico de Lucas el historiador. Es el médico culto griego, el hombre de ciencia quien contribuye con la historia del nacimiento milagroso de Jesús. Mateo Arnold bruscamente asevera: «No creo en el Nacimiento Virginal de Jesús porque envuelve un milagro, y los milagros no existen». Pero los científicos hoy día no son tan dogmáticos contra la posibilidad de milagros. El eminente científico profesor Jorge Stokes, dice en «Gifford Lectures»: «Si pensamos que las leyes de la naturaleza existen por sí solas y son causadas por sí, entonces no podemos admitir ninguna desviación de ellas. Pero, si pensamos de ellas como designadas por una Voluntad Suprema, entonces tenemos que admitir la posibilidad de que ellas pueden, en ocasiones particulares, ser suspendidas”.

Nos referimos a Lucas, el médico. Lucas como médico había escrito informes de nacimientos (e informes de muertes), pero jamás había escrito uno como este. Conocía las tontas leyendas acerca de los Césares y acerca de los dioses griegos. También a la niñez y a la maternidad reverenciaba. Él tenía el alma de un santo y el discernimiento de un científico. Es perfectamente consciente de la importancia de esta parte de su historia. Con sin igual arte, él retrata al Bebé en el pesebre de Belén. Claramente cree que está narrando los hechos del caso, y no leyendas piadosas. Lucas relata la historia de la navidad con suma sinceridad, con consumada simplicidad y con trascendental hermosura. Por lo tanto podemos argüir que como historiador de primera clase, Lucas se empeñó con especial cuidado en describir el nacimiento de Jesús. Tanto su reputación como hombre de ciencia, como su carácter y como historiador honesto, fueron envueltos. Es inconcebible que él dio lugar a estas historias sin darles debida reflexión. Vio a lo que estaba expuesto, y las escribió deliberadamente. No lo habría hecho las hubiera considerado cuentos de viejas. Él creyó en el nacimiento sobrenatural de Jesús.

2. ¿De dónde consiguió Lucas su información? Lucas probablemente obtuvo los hechos referentes al nacimiento de Jesús de María misma, directa o indirectamente. Es muy probable que María todavía vivía en Palestina en los años 57 y 58, cuando Lucas estaba allí. Si no, Lucas fácilmente habría podido hablar con alguien que conociera el corazón de María sobre el asunto. Había solamente dos personas que sabían los hechos referentes al nacimiento sobrenatural de Jesús. Éstas eran María y José. Al principio sólo María supo. Pero José tenía que saber si iba a ser el protector de su esposa desposada. Claro es que José estaba dispuesto a repudiarla secretamente, en vez de difamarla en público según la ley y la costumbre. (Mateo 1:19). Seguramente la situación de María era delicada y embarazosa en extremo. La aparición del ángel del Señor a José fue necesaria para justificarla a él. (Mateo 1:20-25). Entonces José estaba dispuesto a llevar la infamia del reproche público con María, y de protegerla como su esposa.

¿Pero iba a quedar siempre en silencio María? ¿No debía ella a sí misma, a Jesús y a José que dijera los hechos, antes de morir? Aparentemente José murió antes del ministerio de Jesús, pero no antes de relatar su historia a alguien. Jesús ya estaba muerto. Elizabet había muerto hacía tiempo. Sólo quedaba María. Tenía una sagrada responsabilidad de aclarar su propia honra. Claramente pronto o tarde, María relató a alguien, o a su amiga íntima Juana, o a Lucas, el médico que sabía simpatizarle y que entendería lo profundo de su corazón. «En estos capítulos, en breve se nos parece a mirar por un vidrio al mismo corazón de María».

3. Pero ¿por qué relató Lucas esta historia? ¿Por qué no guardó silencio sobre el asunto, tal como los apóstoles en su predicación, y Marcos en su Evangelio? El punto culminante del asunto es el nacimiento sobrenatural de Jesús. Evidentemente sintió que éste debiera relatarse, no importa lo que tuviera que omitirse.

4. ¿Es creíble hoy día el nacimiento virginal? ¿Puede el hombre moderno aceptar la historia del nacimiento de Jesús? El nacimiento virginal de Jesús, atestado por ambos, Mateo y Lucas, en dos independientes narraciones, ha sido atacado desde todo punto de vista. Por razones científicas ha sido argüido que es imposible. A lo menos este argumento fue hecho antes. La ciencia moderna es familiar con «partenogénesis» o «nacimiento virginal» entre las formas inferiores de la vida. Por lo tanto la ciencia no puede poner al lado el nacimiento virginal de Jesús. Sin embargo, Lucas no presenta el nacimiento de Jesús como estar de acuerdo con la naturaleza; distintamente asevera que fue debido al cubrimiento del Espíritu Santo sobre María. Es milagro que tenemos, no lo natural, pero no se puede desechar el milagro sin desechar los milagros en todos los lugares. Hacer esto es desechar a Dios y eso nos deja con el materialismo, el milagro más grande de todos. Además, hay hombres de ciencia hoy día que creen en el nacimiento virginal de Jesús, tal como creyó Lucas, antes de ellos. Y él fue un hombre de ciencia.

Estamos confrontados con el hecho de Cristo, el hecho más tremendo de la historia, todos los esfuerzos para probar que Jesús nunca vivía es fábula, pero ha fracasado señaladamente. Además, el cristianismo es una fuerza vital en el progreso del mundo. Hoy día Cristo es la esperanza de la raza. Hombres que piensan, tienen que darse razón por el hecho y por la fuerza de Cristo. Tenemos la opinión de Lucas, y esta explica el fenómeno de Jesús.

El testimonio de Lucas referente al nacimiento virginal de Jesús es una parte del mayor problema de Jesús, el Hijo de Dios en carne humana. Esta cuestión levanta el problema más grande de todos, el hecho de la naturaleza de Dios, del hombre, del pecado, de la redención, de la ley, del milagro, de la vida, de la materia, del espíritu. El ángel Gabriel dijo a María: «lo santo que nacerá, será llamado Hijo de Dios». (Lucas 1:35). Pedro dice que él «no hizo pecado» (1 Pedro 2:22); Juan asevera que «no hay pecado en él» (1 Juan 3:5); Pablo declara que él «no conoció pecado» (2 Cor. 5:21); el autor de Hebreos (4:15) dice que Jesús «era sin pecado». Jesús mismo dijo que era sin pecado (Juan 8:46). Este problema de uno absolutamente santo entre nuestra humanidad pecaminosa, ¿cómo sucedió? ¿Puede la naturaleza explicarlo? Bruce tiene la contestación: «Un hombre sin pecado es tanto un milagro en el mundo moral como el nacimiento virginal es un milagro en el mundo físico». Queda pues cierto que la mejor explicación de la verdad entera acerca de Jesús, se encuentra en la interpretación dada por Lucas en los primeros capítulos de su Evangelio.

La Voz Bautista
1928

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