La gloria de Dios: nuestra razón de vivir

Estoy convencido que el tema que une a la Palabra de Dios es la Gloria de Dios. La Biblia habla de la gloria de Dios más de 400 veces, demostrando que  Su gloria es un tema importante en la Palabra de Dios

En Romanos 11:33-34, el apóstol Pablo concluye: “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?” Y en v. 36 dice, “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén”.

Dios es nuestro creador. Él es la fuente de todas las cosas. El impío se enfurece, la gente se imagina cosas vanas, y el hombre—en las palabras del salmista—está tratando de romper las cadenas de Dios al tratarse de proclamar independiente de quien lo hizo. Dios no solamente es el Creador, sino que también es el Sustentador del hombre. A través de Jesucristo, él “sustenta todas la cosas con la palabra de su poder” (Heb. 1:3). Él es el propósito de todas las cosas. Un día, nuestro Salvador le dará el reino a Dios Padre, para que Dios sea sobre todas las cosas (I Cor. 15.:24, 28). Y al final, Dios hará que todas las cosas sean correctas. Entonces Dios reinará supremamente.

La Gloria de Dios en la Salvación

En Salmos 96:2b-3 dice, “Anunciad de día en día su salvación. Proclamad entre las naciones su gloria, en todos los pueblos sus maravillas.” Cuando predicamos el mensaje de la salvación, estamos declarando la gloria de Dios. En II Cor. 4:3-4 dice, “Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”. El mensaje del evangelio que predicamos es la luz del glorioso evangelio de Cristo. Pablo nos dice que este evangelio es literalmente el evangelio de la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Los vv. 5-6 dicen, “Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo”.

¿Qué fue lo que tomó para que tú y yo viniésemos a la salvación? Tomó que Dios se revelara a sí mismo, que revelara su persona en la gloria de su Hijo, quien fue al Calvario, llevando la carga de nuestro pecado, sufriendo, derramando su sangre y se levantó de la tumba el tercer día. Tomó la revelación de la gloria de Dios en la persona de Jesucristo para proveer un Salvador para ti y para mí y proveer luz para nuestros ojos entenebrecidos por el pecado. Tomó la persona de Jesucristo. Él es el resplandor de la gloria de Dios, la imagen de su persona (Heb. 1:3). Jesucristo dijo, “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9). Y Pablo dijo, “Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud” (Col. 1:19) y, “porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Col. 2:9).

La Gloria de Dios en Su Sustancia

¿Cuál es el mensaje del Dios del cielo que lo distingue de todas las cosas que son adoradas en la tierra? La gloria de Dios es su persona. Él es el Creador. Antes que Pablo y Bernabé fueron apedreados dijeron, “Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay” (Hec. 14:15). Cuando ellos le llevaron a Dios a esta cultura pagana, ellos comenzaron con el hecho que Dios es el Creador. Y ese es el lugar en donde tú puedes comenzar a predicar el evangelio. Así que cuando hablamos de la gloria de Dios, estamos hablando acerca de su persona. É es el Creador.

La Gloria de Dios es también su presencia. En Salmos 96:6 dice: “Alabanza y magnificencia delante de él; poder y gloria en su santuario”. Las palabras alabanza y magnificencia hablan de su resplandor y gloria de rey. A través de la Palabra de Dios, leemos acerca de una luz brillante asociada con la gloria de Dios. “Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los redeó de resplandor, y tuvieron gran temor (Lucas 2:8-9).

En I Timoteo 6:16 dice: “el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén”. Pablo se está refiriendo a la gloria de Dios (Shekinah) del tabernáculo. La luz fue la gloria que llenó el templo cuando Salomón lo dedicó, cuando bajo la presencia del Señor. Fue esa misma luz—el pilar de fuego en la noche—que dirigió a los israelitas a través del desierto. Es esa gloria que iluminará a la Nueva Jerusalén. No necesitaremos del sol o la luna, porque la gloria de Dios iluminará el camino. Esa gloria de Dios es el símbolo de la presencia de Dios entre los hombres. “Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él” (I Juan 1:5b.

La gloria de Dios también es su alabanza. Dios nos hizo. Él se hizo carne y fue al Calvario para salvarnos. El Hijo de Dios está sentado a la diestra de la Majestad en las alturas e intercede por ti y por mí. ¡Él y sólo él es digno de nuestra alabanza! La peor cosa que podemos hacer es estar en la obra del Señor para alabarnos a nosotros mismos. En Isaías 42:8 dice, “Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas.” Sólo Jesucristo es digno de nuestra alabanza y adoración. Él es el que tiene riquezas de sabiduría y ciencia que son insondables. Sus caminos son inescrutables (ver Romanos 11:33). “A él sea la gloria por los siglos. Amén”. Cuando llegamos a conocer a Jesucristo como nuestro Salvador, él es quien es digno de nuestra adoración. Él es digno de nuestra adoración. Nuestro servicio debe ser motivado por la pasión de hacer solamente una cosa en esta tierra: el alabar al glorioso Dios quien se reveló a sí mismo para salvarnos del pecado.

La Gloria de Dios En Nuestro Servicio

En Salmos 96:8 dice, “Dad a Jehová la honra debida a su nombre; traed ofrendas, y venid a sus atrios”. Aquí David nos dice que el dar glorifica a Dios. Cuando le damos gloria a Dios, cuando le adoramos “en la hermosura de la santidad” le decimos a “las naciones: Jehová reina” (Salmos 96:9-10). El evangelismo glorifica a Dios. David concluye que cuando le decimos a las naciones que hay un Dios quien es Rey y les decimos de su salvación, estamos glorificándole.

También le glorificamos al vivir vidas santas. En I Corintios 6:19-20 dice, “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. ¿Cuál es nuestra motivación para vivir vidas santas? ¿Será porque queremos que otros cristianos nos vean de cierta manera? ¡No! La razón que vivimos en la manera en que vivimos debiera ser para traer gloria a Dios quien nos salvó.

También glorificamos a Dios cuando soportarmos la aflicción. “Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo” (I Pedro 1:7). A través de las lágrimas y quebranto de corazón estaremos delante del tribunal de Cristo y le glorificaremos por Su gracia que nos sustenta y de la manera que usó cada circunstancia de nuestra vida para Su gloria, así como en las vidas de otros.

¿Por qué le cantamos al Señor? ¿Por qué leemos su Palabra? ¿Por qué vamos a la iglesia a escuchar la predicación y a orar por otros y le decimos a otros acerca de Cristo? Para glorificar a Dios. En I Pedro 4:10-11 dice, “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios”. En otras palabras, no hables tus propias ideas; levántate y habla, “Así dice el Señor”. En el v. 11 continúa, “si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo”. Si predico por cualquier otra motivación que la de llevar gloria a Dios, no tengo derecho a predicar. Lo que hagamos, nuestro servicio debe ser motivado por el deseo de traer gloria a Dios. En I Corintios dice, “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”. Tenemos un mandamiento de mostrar la salvación de Dios diariamente. Y nunca haremos la obra que Dios desea hasta que nuestros corazones sean motivados por la pasión de glorificar a Dios.

El Escudo de la Fe

 

12 comentarios sobre “La gloria de Dios: nuestra razón de vivir”

  1. Para El sea toda la gloria y la honra … Gracias Senor por tu nos compraste a precio de sangre !!! Eres la luz del mundo de nosotros tus hijitos… Escribe nuestros nombres en el libro de la vida y no los bores nunca jamas. Amen

  2. GLORIA A DIOS efectivamente para el sea TODA LA GLORIA SIEMPRE en nuestro diario vivir, es el fiel testimonio de nuestras acciones para GLORIFICARLE cada día EL ES LA ESTRELLA RESPLANDECIENTE DE LA MAÑANA .GRACIAS Y BENDICIONES.

  3. Un buen Cristiano debe tener varios caracteres o patrones que guíe su vida y muestre la verdad de Dios en el y podamos ver la GLORIA DE DIOS.
    La Biblia dice: en Mateo 7: 21. »No todo el que me dice: “¡Señor, Señor!”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. conocemos de su majestad y todo el honor que Dios tiene. Pero estamos haciendo lo que en verdad logremos traer el reino de Dios y ver su Gloria en nosotros?… Le hemos aceptado tal como debe ser¡ pero le Obedecemos lo que su Palabra nos dice? su Gloria va en nosotros y se refleja cuando se habla de su palabra? La Gloria de Dios esta o Va con nosotros a todo lugar? »¿Por qué me llamáis “Señor, Señor”, y no hacéis lo que yo digo? Lucas 6: 46. NOSOTROS SOMOS SU GLORIA PORQUE HEMOS SIDO HECHOS A SU IMAGEN Y SEMEJANZA, EL NOS HIZO Y NO NOSOTROS A NOSOTROS MISMOS. HAGAMOS QUE SU GLORIA RESPLANDEZCA HACIENDO SU VOLUNTAD Y VEREMOS LA GLORIA DE DIOS OBRANDO EN NOSOTROS. BENDICIONES. UN ABRAZO. . .

  4. Cuando estamos dentro del resplandor de su gloria,dice ISAÍAS 60:1-3 , que los reyes,las naciones que andan en oscuridad correrán hacia a ti para ser alumbrados.

    Hermoso saber y creer que Jehová amanece cada mañana y sobre ti será visto el resplandor de su gloria para alumbrar a todos. AMÉN.

  5. Me gozo al leer que la gloria de Dios es predicada, este mensaje fue de edificación para mi, que nuestro buen Dios siga levantando obreros que le del en todo momento la gloria al que debe recibirla solamente; a nuestro Dios! oro porque esta enseñanza siga en aumento.

  6. nosotros somos su gloria,es lo mas grande de su creación,por eso tenemos que darle la gloria a e EL,por su bendito amor-gloria a DIOS amen,

  7. ES UNA SINECDOQUE; LA GLORIA DE DIOS PUES NO SE LE PUEDE DESCRIBIR SOLO POR UNA SOLA COSA, PUES ES UN TODO, DE EL MISMO.

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