¿Cómo piensan la gran mayoría de los jóvenes? ¿Por qué es que ellos no pueden comprender el triste fin de un estilo de vida pervertido. ¿Por qué es tan difícil razonar con ellos? ¿Es rebelión, no más?

Muchos padres piensan que sus hijos son rebeldes. Parece que tienen razón, pero los jóvenes están convencidos de que ellos están pensando bien y que sus padres están equivocados. La verdad es que hay un serio desorden en la mente de muchos jóvenes. Sin reconocer esto, será imposible razonar con ellos.

Debemos buscar la causa del trastorno en la mente de los jóvenes. Por parte de algunos, es por el daño que resulta de tomar drogas. Es bien conocido que las drogas pueden hacer daño permanente al celebro.

Más que nada, el problema viene de la música que ellos están escuchando. La música rock glorifica la satisfacción de deseos carnales mientras que menosprecia lo sagrado. Tal vez el tema viene de otra voz u otra música, pero, de continuo, es la repetición de la misma filosofía. Es bien conocido que llegamos a aceptar y creer lo que escuchamos vez tras vez. Carmin Ramos de López, en su libro Un Análisis Del Rock, Música que Controla, dice: “Se ha comprobado que cuando se escucha música estridente por mucho rato, el cuerpo y la mente entran en compás con el ritmo, haciendo que se pierdan las inhibiciones, y la persona queda como hipnotizada y a la merced o la voluntad de mensajes y órdenes que le dé el cantante”. p. 18

Los temas de la música rock glorifican el pecado y desprecian la enseñanza de los padres. Padres ignorantes dan dinero a sus hijos para comprar música e equipos de música que sirven para ponerlos en rebelión. Muchas veces ellos están preocupados al saber que sus hijos están tomando drogas, pero no se dan cuenta del daño que resulta de la música rock.

Lo que está sucediendo con los jóvenes es algo parecido a un lavado del celebro. Técnicamente, un lavado del celebro es cuando uno está en control de la voluntad de otro. En el caso de los jóvenes, es con su voluntad. El joven deja que la música tome posesión de su mente. A través de audífonos o, si no, con el mismo volumen, su mente está apagada a todo lo que está pasando en su ambiente. No pueden pensar de otra cosa. Él escucha una y otra vez a la misma música, cada vez con el mismo tema. Aun los jóvenes que no escuchan música rock, o que la escuchan poco, están influenciados por los demás en su alrededor.

Con la música rock Satanás ha encontrado la herramienta ideal para la decadencia de la raza humana. II Corintios 4:4 dice “En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloría de Cristo, el cual es la imagen de Dios”. Si él puede asolar la capacidad de pensar de la gran mayoría de los jóvenes, la próxima generación estará en sus manos. Todo indica que él está teniendo un gran éxito. En el futuro los historiadores van a estar maravillados de la rapidez de la caída de la cultura de una generación a la otra.

Los jóvenes, con sus mentes desviadas, no entienden a sus padres. Es por eso que se habla del gran hueco entre generaciones. Los jóvenes no son capaces de ver lo malo en su estilo de vida. Ellos lamentan que sus padres son tan tontos que no pueden entender que pasiones carnales tienen que ser satisfechos, no importa cuando o cómo.

Es lamentable que haya tan poca voluntad a enfrentarse con los vicios. Muchos ni aun quieren creer que la música rock es un vicio. No es una diversión inocente de los jóvenes. Sí, con razón, muchos están preocupados por las drogas, pero deben tener la misma preocupación por la mala música.

Los jóvenes manifiestan abiertamente su aprobación de la filosofía de los cantantes de rock por copiar su aspecto físico; estilo de pelo, vestimenta y su manera de afeitarse. Lo vemos también en las camisetas que llevan.

Los padres de los adolescentes tienen un gran desafío en proteger a sus hijos de la mala influencia. Hace falta la ayuda de Dios. Padres cristianos deben comenzar desde temprano en ganar a sus hijos a Cristo y tratar de desarrollar en ellos una relación personal e íntima con Dios. La admonición de Efesios 6:4 es “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”. Así, cuando llegan a ser jóvenes, su anhelo será el de agradar a Cristo y no conformarse con el mundo. Todos deben ser conscientes, y preocupados por lo que está sucediendo en la mente de los jóvenes en el día de hoy.