En Mateo 2:1-12 leemos el relato de los sabios que vinieron del oriente guiados por una estrella. La estrella les llevó hasta donde estaba el niño Jesús. La historia secular nos dice que dos años antes del nacimiento de Jesús se produjo una conjunción de Saturno y Júpiter. Dicen que por el brillo de los dos planetas juntos, puede ser que produjo lo que pudiera haberse interpretado como la aparición de una estrella nueva. Es muy probable que este conjunto fuera lo que vieron los magos. Sabemos muy poco de estos magos o sabios. A veces la palabra que la Biblia usa para nombrar a ellos tenía que ver con brujos o hechiceros. También tenía un buen sentido en hablar de los científicos. De lo que sabemos de ellos, podemos aprender algo de la importancia que el mundo gentil dio al nacimiento de Jesús.
Dice que vinieron del oriente; tal vez de Persia. Más probable fueran astrólogos que estudiaban el movimiento de las estrellas porque pensaron que tenían una gran influencia sobre la vida humana. La astrología es una creencia religiosa que dice que la apariencia de una estrella nueva indicaba el nacimiento de un rey nuevo. Una estrella cayéndose indicaba la muerte de alguien importante. Ellos también creen que la posición de las estrellas en el momento del nacimiento de alguien afecta la dicha o desdicha de él.
Tenemos que saber distinguir entre la astrología y la astronomía. La astronomía es una ciencia que se trata del estudio de las estrellas. El hecho de que estos sabios vinieron buscando el nuevo rey indica que, más probable, fueron astrólogos. El versículo dos dice que ellos preguntaron “¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle”.
Para estos magos, era tan importante conocer sobre este nuevo rey que hicieron un largo viaje en busca de él. Tal vez tardaron seis u ocho meses en llegar. Seguro es que ellos no sabían que iban a encontrar el Hijo de Dios allí. El hecho de que Dios guió a ellos a venir indica algo. Resulta que Jesús, aun en su niñez, fue honrado por los sabios de este mundo. Era una indicación de que él no era cualquier bebé. Era también una señal profética de la recepción que él iba a recibir por parte de los gentiles.
Los sabios todavía buscan a Jesús. Yo he conocido científicos, médicos y profesores de la facultad que son creyentes. Las enseñanzas de Jesús dan consejo y dirección, no únicamente a los simples, sino también a los intelectuales.
Los magos presentaron regalos a Jesús. El hecho de que trajeron tres clases de regalos no quiere decir que había tres magos. No sabemos cuántos había. El hecho de que le presentaron regalos indica que tenían respeto y amor por él. Los regalos tenían un significado especial. Era la costumbre dar un regalo de oro al visitar un rey. Todavía es la costumbre dar un regalo si alguien va a visitar el rey de otro país. El incienso es un regalo de sacerdotes. Un sacerdote es como un puente entre los hombres y Dios. Cristo es nuestro puente y sacerdote. La mirra es una especia que usaron para embalsamar el cuerpo de los muertos. Nos hace recordar que Cristo nació para morir.
La estrella guió a los magos. Primeramente los guió a Jerusalén. Allí les informaron que el Mesías había de nacer en Belén. La estrella no quedó fija. Era una estrella rara en que se movía. Se fueron de Jerusalén y otra vez la estrella les guió a Belén y se detuvo sobre donde estaba el niño (v. 9).
Nosotros debemos ser estrellas para guiar a la gente a Jesús. Hay los que están buscándole. Están sin dirección. Muchos tienen guías falsos o equivocados y están guiados en la dirección contraria. Debemos tener un brillo que indique que somos creyentes genuinos, y así ellos van a poner confianza en nosotros y seguirnos. Debemos saber abrir la Biblia y explicarles claramente el plan de la salvación.
¿Tu conoces a Jesús como tu Salvador? Si estos magos pensaron que valía la pena hacer un viaje tan largo en busca de Jesús, ¿no te conviene buscarle también?