El peligro de lodo suelto (líderes religiosos falsos)

En Ezequiel 13:10-15 el profeta Ezequiel nos advierte a no poner confianza en lodo suelto. En términos nuestros, sería mejor decir que se trata de edificar una pared con una mezcla pobre; mucha arena y poco cemento. Cuando mis hijos eran pequeños ellos a veces jugaron de albañil. Juntaron algunos ladrillos y edificaron una pared con nada más que una mezcla de tierra y agua. Parecía buena pero no tenía fuerza para nada.

El profeta dice que los falsos profetas hacen lo mismo en cuanto a la religión. El dice que ellos engañan a la gente diciendo “paz” cuando no hay paz. La palabra “paz” es una palabra llamativa. Nadie se ofende cuando se habla de la paz. Todos quieren paz. Hasta el día de hoy los religiosos andan hablando de la paz. Por supuesto ellos hablan de la paz en el mundo. Así es más impersonal e ideal. Por supuesto, queremos paz en el mundo, pero mil veces mejor es paz interior. Esto se trata de paz con Dios y paz con los de nuestro alrededor. No se escucha tanto de este tema de la boca de los religiosos. Pedro habló de ellos cuando dijo “Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error”. (II Pedro 2:18)

Es una pena que hay tantos que ponen su confianza en religiones que no son nada más que una pared recubierta por lodo suelto. Para ellos, su religión parece ser digno de confianza. Muchos miran a la antigüedad de su religión y piensan que algo con tantos años no puede ser erróneo. Otros miran a los bienes materiales de su religión. Su cede central ocupa un edificio de varios pisos con muchos ejecutivos con títulos impresionantes. Son dueños de catedrales, iglesias y colegios. Ellos se sienten enaltecidos por ser adherentes de algo tan grandioso.

Lo que fisura la pared revocada de lodo suelto son las críticas de la gente. Siempre hay otras religiones con las mismas credenciales. Para calmar la preocupación de los que se preguntan si quizás no están en la religión correcta, les dicen, “Todas las religiones son buenas. El de cambiar la una por la otra sería sin sentido”. Hay otras críticas que vienen de los que citan versículos de la Biblia. Casi siempre logran calmar estas preocupaciones por decir, “Sí, pero es su interpretación, no más”. También dicen, “Son fanáticos que se encantan en agitar la tranquilidad de la religión establecida”.

La religión revocada por lodo suelto sirve lo más bien hasta que vienen la lluvia torrencial. (v. 11) Esto se trata de las grandes angustias que siempre hay en la vida. En estos momentos ellos recurren a su religión en busca de consuelo y están desilusionados. Lo que servía para alimentar su orgullo no sirve para calmar su corazón quebrantado. Sus consejeros religiosos no son capaces de ofrecerles nada mejor que fábulas y palabras vacías.

Dios odia a las paredes revocadas de lodo suelto. En los versículos 13-15 leemos de su juicio en contra de ellos y en contra de los falsos profetas que las recubren. Terrible será el juicio de Dios en contra de los religiosos que ofrecen a la gente una religión en vez de una relación personal para con Dios.

¿En qué estás confiando? Si tu confianza está en una religión, que Dios tenga misericordia y te ayude en darte cuenta de que es una pared revocada por lodo suelto que no te dará consuelo en el día de angustia ni la entrada a la gloria. “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”. (Isaías 55:6-11) «Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”. (Romanos 10:13)

 

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