Los Bautistas forman en la actualidad la denominación evangélica más grande en el mundo. Son grandes también por sus hechos a través de la historia y por la larga lista de mártires que han tenido por defender la verdad de sus principios distintivos.
El origen de los Bautistas se pierde en la obscuridad de los tiempos, pues no puede señalarse una época precisa como principio de esta denominación, ni puede citarse a ningún reformador como su jefe. Muchos de ellos sostienen que proceden del tiempo de Cristo, pues guardan íntegramente las doctrinas que él predicó.
Otros hallan el origen en los diferentes grupos de disidentes que hubo desde los primeros siglos, separados de la iglesia establecida, habiendo sido perseguidos y maltratados por sostener las verdades que ellos creían más de acuerdo con la enseñanza de Cristo. Rechazaban, por ejemplo, el bautismo de párvulos y sostenían únicamente el bautismo de creyentes por inmersión. Por estos hechos muchos de sus partidarios fueron llevados al martirio.
Otros más, identifican a los Bautistas modernos con los Anabaptistas de Europa, aunque debe advertirse que algunos malos elementos tomaron este nombre para cometer abusos y crímenes sin nombre. Pero los verdaderos Anabaptistas fueron ortodoxos en la doctrina y honrados en su conducta.
Lo cierto es que, como dice Vedder, «hubo protestantes antes del protestantismo, y reformadores antes de la Reforma«. Diferentes grupos de esos y otros cristianos vivieron en varias partes de Europa mucho antes del siglo XVI. Pero desde la primera década de ese siglo, hallamos terreno más sólido en la historia bautista. Partiendo de la fundación de las primeras iglesias en Inglaterra, su historia puede seguirse con precisión hasta nuestros días.
Algunos historiadores trazan una sucesión no interrumpida desde el tiempo de los apóstoles. Otros, más que la sucesión histórica personal, hallan una de doctrinas, sostenidas estrictamente puras en sus rasgos distintivos.
De Inglaterra pasaron los Bautistas a los Estados Unidos, estableciendo por Roger Williams las primeras iglesias en las Colonias de la Nueva Inglaterra, extendiéndose después por todos los Estados de la Unión Americana. También establecieron trabajos los Bautistas ingleses en México, la América Central y la América del Sur, y prácticamente el trabajo bautista se ha extendido a todas las naciones. Pero en los Estados Unidos es donde han tenido su mayor desarrollo, aumentando en mayor proporción que la misma población del país.
Hay como doce millones de Bautistas en el mundo [Tome en cuenta que este escrito es de 1937]. Pero si se contaran los Bautistas llamados «de la dispersión,» esto es, los adherentes y los hijos no bautizados de los miembros de las iglesias, el número llegaría a veinte millones. Si todos los Bautistas pudieran estar juntos en un país, formarían una nación más grande que México.
Insisten los Bautistas en la regeneración individual y en la importancia de la vida espiritual, siguiendo una conducta externa de acuerdo con estos principios. Por esto son llamados a prosperar y a tener una historia aún más gloriosa que la pasada.
Revista Evangélica, 1937