“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno”. Salmo 139:23 –24
David era un hombre valiente. El manifestó valentía cuando mató un león que amenazó su rebaño. En otra ocasión se enfrentó con un oso. Admiramos su valentía en enfrentarse con el gigante Goliat. Pero su acto de valentía más intrépido fue cuando pidió que Dios examine su corazón.
Es posible que alguien pase mucho tiempo en oración y que tenga la apariencia de ser muy espiritual, pero siga esclavizado por el pecado. Debemos pasar tiempo a solas con Dios, quedándonos quietos y callados, dispuestos a dejarle hablar con nosotros. Algunos quieren tomar los eventos de la vida y sus sueños como la voz de Dios. No es negar que Dios pueda comunicar con nosotros así, pero miramos por alto la gran necesidad de guardar silencio ante Jehová y esperar en él. Salmo 37:7 dice, “Guarda silencio ante Jehová, y espera en él”.
La Biblia habla de la necesidad de purificar el alma y corazón. I Pedro 1:22 dice: “Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro”. También Santiago 4:8 dice: “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones”. El que no presta atención a la pureza es un creyente sucio. La limpieza es un hábito y un esfuerzo. Una vez en mi niñez, mi mamá y mis hermanas se fueron a pasar algunos días en la casa de mi tía. Mientras tanto, yo y un primo mío quedamos en casa con mi papá. Nuestra estancia estaba un poco aislada de la sociedad. Por eso, no prestamos mucha atención a la limpieza mientras que mi mamá no estaba en casa. Cuando llegó el día para ir y buscar a ella y a mis hermanos, mi papá nos mandó a bañarnos. No sé como quedó mi primo, pero cuando mí papá examinó a mi él no estaba satisfecho con mi limpieza. Yo llevaba algunas manchas de grasa de máquinas agrícolas que no salieron con agua y jabón no más. Para perfeccionar mi limpieza mi papá agarró una mazorca empapada en kerosén y fregó las manchas. Era doloroso y mi piel quedó rojo, pero resultó limpio. La purificación del corazón también puede ser dolorosa.
Muchas veces hay una gran curiosidad a saber cosas. El gobierno de los EE. UU. gastó billones de dólares en enviar hombres a la luna para saber lo que hay allá. Sin embargo, preferimos quedarnos en ignorancia sobre lo que hay en nuestro corazón. Sabemos que es más probable que tendremos que quedarnos en vergüenza al saber el contenido del corazón.
Debemos reconocer que el corazón es la fuente de todo mal. Marcos 7:21-23 dice: “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre”. ¿No te importa que tu corazón sea así? Jeremías 17:9 dice: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” El versículo hace la pregunta, “¿quién lo conocerá?” Dios conoce como está nuestro corazón. El es el único que puede hacernos consciente de la verdadera condición de nuestro corazón.
II Corintios 5:10 dice que en el tribunal de Cristo seremos juzgados por lo que hemos hecho mientras que estábamos en el cuerpo. Así que, tarde o temprano tendremos que enfrentarnos con la triste verdad sobre lo que hay en nuestro corazón. ¿No te parece que sería mejor que sepamos ahora mientras que podemos pedir perdón y ser limpios? I Juan 1:9 dice: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. Tenemos que saber lo que hay en el corazón si vamos a pedir perdón. Si esperamos hasta el tribunal de Cristo para saber, será tarde pedir perdón y pureza. Resultará en la pérdida de muchas recompensas.
David quiso saber si había en él “camino de perversidad”. En el Salmo 101:4 él escribió “Corazón perverso se apartará de mí; no conoceré al malvado”. Perversidad significa maldad o corrupción. Siempre hay la tentación de pensar, “yo no soy culpable de corrupción”. Siempre debemos tomar en cuenta que Cristo debe reinar en nuestra vida. I Timoteo 1:17 dice: “Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén”. Si dejamos nuestra vida girar alrededor de algo menos que la voluntad de Dios por nuestra vida, esto llega a ser corrupción. Es algo que está ocupando el lugar de Cristo. Puede ser algo que parece ser inocente, como deportes o un hobby, pero si nos impide hacer la voluntad de Dios es una perversidad.
El anhelo de David era el de andar en “el camino eterno”. Esto es el mismo camino en el cual andaremos en la gloria. Si es el camino de la perfección, como dice Salmo 101:2, ¿por qué esperar hasta llegar a la gloria para andar en él? Una y otra vez David pidió que Dios le enseñe su camino. Salmo 86:11, por ejemplo, dice “Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad; Afirma mi corazón para que tema tu nombre”.
La purificación del alma es, en parte, la obra del creyente. I Pedro 1:22 dice: “Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro”. Es por la obediencia a la verdad, pero también “mediante el Espíritu”. Dios no hará su parte a menos que le demos permiso. Es por eso que tenemos que orar “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno”. Salmo 139:23-24
Cordial saludo, gracias por esa palabra, Dios lo bendiga y nos ayude a tener un corazon limpio y puro conforme al corazon de Dios
Las palabras de Yahovah son puras al conocerlas y meditarlas enderezan nuestro camino, a veces creemos que estamos bien pero Dios conoce nuestro corazon, por eso creo en la regeneracion porque a hi es que el Espiritu Santo va limpiando alma, espiritu, y cuerpo para ser allados perfectos en el Amado.
Es dificil uno mismo rxaminarse el corazon , porque » enganoso y perverso es el corazon » y muchos no aceptamos lo que tenemos en el. A menos que sea el mismo Dios el que lo revele.
Relmente la escritura dise quien conocera el espiritu del hombre, sino el espiritu del hombre que vive en el. esto es muy sierto. tenemos que haser una revicion en nuestro ser integral, espiritu alma y cuerpo. Entonces El Espiritu Santo nos limpiara, como desia Dvid, limpiame con Hizopo, entonces sere limpio. solo hay que dejar que Dios examine nuestra vida y vivamos en obediencia y verdad para ser puros y limpios delante del que Santo. Amen.
Amen, pues solo a través de la obediencia ala palabra ejercitando los sentidos espirituales…
Excelente, la Palabra de Dios siempre habla a nuestras vidas en el momento preciso que la necesitamos. Examinar nuestro corazón es un trabajo de cada dia, si queremos estar bien delante Dios. Bendiciones. Silvia
Bendiciones, este salmo es uno de los que más ha tocado mi vida. La sensibilidad y honestidad de David debe ser ejemplo para cada uno de nosotros.
Personalmente hago esta oracion continuamente, no quiero que haya nada en mi que le desagrade a mi Dios, agradarle y hacer su voluntad es demasiado valioso para mi, Dios les bendiga
Que nutritivo su comentario. Esto es como controlar mi vida con el médico. Así mismo nuestro ser con Dios. Gracias. Dios lo bendiga.