Hay pocos temas que evocan tanta emoción entre los pastores bautistas como el del ARREPENTIMIENTO. Como en la mayoría de los casos controversiales, hay dos puntos de vista opuestos que se tratan de proteger. Algunos tratan de proteger la posición de que el Evangelio no debería ser presentado como “una creencia fácil”, y, por tanto, argumentan que se tiene que enfatizar mucho el hecho de dejar el pecado (arrepentimiento) cuando se presenta el Evangelio. Otros enfatizan que Dios nunca pretendió que la salvación fuera algo difícil, y que poner mucho énfasis en volverse del pecado (arrepentimiento) es convertir del “arrepentimiento” una OBRA y por tanto eso es añadir al Evangelio.
Ambos asuntos son válidos, y ciertamente ninguno quiere presentar una apariencia falsa del Evangelio. Parte de nuestro problema es que imponemos nuestras ideas al texto bíblico para salir con las interpretaciones que nosotros mismos queremos que “salgan”. Desde que yo recuerdo, ha habido discusiones sobre este tema. La primera vez que esto me llamó la atención fue cuando miembros de cierta iglesia bautista estaban “convirtiéndose otra vez”. Cuando miembros tenían dificultades con pecados en sus vidas, se les decía que lo que pasaba es que no se habían arrepentido verdaderamente de aquellos pecados y que por lo tanto no habían sido salvos genuinamente.
En el Nuevo Testamento, Juan el Bautista aparece en la escena predicando el arrepentimiento, y cada uno parece saber de lo que él estaba hablando. El Antiguo Testamento tiene muchas referencias acerca del arrepentimiento y éstas proveen el trasfondo de lo que yo llamo el “arrepentimiento para la santificación”, donde se trata la relación de Dios con Su pueblo escogido. Estos pasajes ayudan al creyente a darse cuenta de la responsabilidad de arrepentirse siempre de los pecados que el Espíritu Santo le señala a través de la Palabra. Los versículos en Lucas 17:3, 2ª Corintios 12:21 y Apocalipsis 2:5 son ejemplos del “arrepentimiento para la santificación” en el Nuevo Testamento. Los santos del Antiguo Testamento, “como cristianos y pueblo escogido por Dios, tuvieron el privilegio en poder volverse a Dios a través del arrepentimiento”.1 En su mayoría, la predicación de Juan y de Jesús fue dirigida al pueblo de Israel y fue, por tanto, un llamado a volverse a Dios para prepararse para la venida de Su reino.
Se necesita considerar la predicación posterior al Pentecostés para entender cuál debería ser nuestro mensaje de arrepentimiento hoy día, especialmente aquellos mensajes que se dieron especialmente a los gentiles. Los dos libros que a menudo usamos al testificar son Juan y Romanos, ambos carecen de referencias al arrepentimiento, con excepción de Romanos 2:4, el cual es un pasaje que ha sido interpretado tradicionalmente como refiriéndose al judío moralista.2 Juan y Pablo, como el resto de los predicadores del Nuevo Testamento, a menudo mencionan la fe en Cristo como el único requisito para la salvación. ¿Significa esto que ellos no predicaban el arrepentimiento como requisito? No, creo que ellos incluyeron el “arrepentimiento para la justificación” en su proclamación del Evangelio a través de la fe solamente.
El “arrepentimiento para la justificación” es lo que necesita predicársele al inconverso, seguido del “arrepentimiento para la santificación”. El evangelio debe incluir el “arrepentimiento para la justificación”. La mejor definición del “arrepentimiento para la justificación” se da en Hebreos 6:1 donde dice: “del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios”. El “arrepentimiento para la justificación” es el acto de mi voluntad, por la gracia de Dios, de cambiar de pensamiento en cuanto a lo que creía que me tenía bien delante de Dios. Me arrepiento de todas las cosas en las cuales confiaba que me tenían bien con Dios, y confío 100% por fe en la obra completa de Cristo que hace que pueda estar en una posición justa delante del Padre. Es un rechazo total de mi condición pecaminosa, “un cambio del pecado a la santidad, de una condición pecaminosa a una condición santa”.3 Geerhardes Vos escribe sobre la diferencia entre el arrepentimiento cristiano y el arrepentimiento no cristiano: “Para la mente que no es cristiana, el arrepentimiento toma lugar de un acto a otro, o de una clase de acción a otra solamente. La causa de esta diferencia se encuentra en la carencia del lado pagano de una concepción amplia del pecado. Donde el ‘pecado’ en su sentido verdadero no es conocido, por tanto, tal arrepentimiento no se puede llevar a cabo, ni siquiera como un concepto”.4 Algunos han distinguido las dos clases de arrepentimiento como el que trata con el pecado (“arrepentimiento para la justificación”) y el que trata con los pecados (“arrepentimiento para la santificación”) Inevitablemente, y en grados variables, el reconocimiento de nosotros mismos como pecadores, envuelve la admisión de los pecados. Parte del ministerio del Espíritu Santo es la de “convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio” (Juan 16:8) Juan explica que el pecado es tener incredulidad, no confiar en Cristo. El pecador también está convencido de no tener la justicia necesaria y del hecho de que el día del juicio llegará. El creer en Cristo se encarga de todas estas tres cosas.
¿Cuáles son algunos buenos versículos que hablan del “arrepentimiento para la justificación”? “¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!” (Hechos 11:18). “Ahora [Dios] manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan.” (Hechos 17:30) “Testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo” (Hechos 20:21) “Y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento” (Hechos 26:20).5 El Señor “no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2ª Pedro 3:9).
Los conceptos del “arrepentimiento para la justificación” (el énfasis en decidir dejar mi propia justicia, la cual es obra de mi naturaleza pecaminosa) y del “arrepentimiento para la santificación” (el énfasis en dejar los pecados que estorban mi comunión con Dios) me ayudan a aclarar el mensaje del Evangelio.6 Para el pecador, necesitamos explicar la paga del pecado y de los pecados, pero el mensaje principal es que el pecador no es justo en sí mismo y que es totalmente incapaz de producir alguna justicia. Él tiene que rechazar su propio camino, y por la gracia a través de la fe en la obra completa de Cristo, invocar a Dios para ser salvo.
1. Lewis Sperry Chafer, Salvation (Findlay, Ohio: Dunhsm Publishing Company, 1917), p. 48. Ver también Theological Wordbook of the Old Testament Volume 2, Ed. R. Laird Harris, Gleason L. Archer, Jr., and Bruce K. Waltke (Chicago: Moody Press, 1980), entry number 2340.
2. Lewis Sperry Chafer, Grace (Findlay, Ohio: Dunham Publishing Company, 1922), pp. 17-18.
3. Charles Hodge, A Commentary on the Second Epistle to the Corinthians, (London: The Banner of Truth Trust, 1963), p. 182.
4. Geerhardus Vos, Biblical Theology Old and New Testaments, (Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans Publishing Company, 1948), p. 424.
5. En este versículo se utiliza metanoeo y epistrepho. Epistrepho es la palabra que se prefiere en la Septuaginta. Ver Theological Dictionary of the New Testament. Compilado en un volumen, Ed. Geoffrey W. Bromiley (Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans Publishing Company, 1945) p. 641.
6. Evangelistas Ecuménicos Pueden “Predicar Fuerte” en contra del Pecado (y muchas veces lo hacen), pero ellos no predican el “arrepentimiento para la justificación” ni alientan a los sacramentalistas a volverse de sus “obras muertas” (bautismo, ser miembro de una iglesia) y en vez confiar 100% en la obra consumadora de Jesucristo. Como no lo hacen, comprometen la verdad del evangelio.
El Dr. John C. Mincey es pastor de Heritage Baptist Church en Antioch, CA
–El Escudo de la Fe
Que buen tema! El tema del arrepentimiento es algo bastante profundo. Existe en alguna forma una acción triple en cuanto al arrepentimiento:
1- Arrepentimiento es el reconocimiento del pecado, la consecuencia y la necesidad de un Salvador. La cual el hombre en su libre albedrío es capaz de discernir y convencerse por medio del evangelio.
2- La Biblia ensena, que Dios da el arrepentimiento. Esto en respuesta a la incapacidad del hombre ser regenerado por si mismo, en cierta forma, después de haber verdaderamente entendido mi condición, Dios quien me dio la fe y ahora esa misma fe la dirijo o la deposito en Jesús como único y suficiente Salvador, entonces Dios da el arrepentimiento.
3- Arrepentimiento, refiriéndose a un cambio de dirección, apartarse del pecado (s), el hombre no es capaz por si mismo de realizarlo. Mas bien es la parte visible del arrepentimiento, ya una vez salvo, el convencimiento de pecado y cambio de vida dirigido por el Espiritu Santo.
A ciencia cierta el mismo tema del arrepentimiento, es personalmente un tema delicado, donde podemos irnos a dos lados muy peligrosos. Me parece muy preciso el articulo por el pastor Mincey.
Unos parecen indicar que es imposible a un nino ser salvo, hacen de la salvación un tema el cual debe ser explicado con perfecta precisión y en ocasiones completamente difícil. Algo que pareciera mas bien una salvación por obras. Anulan la sencillez, la simpleza del evangelio, estos impulsados mayormente por David Cloud y un grupo calvinista. Esta practica me parece muy peligrosa y equivocada.
Los otros dentro de nosotros los Bautistas, suelen pecar de ligeros, numéricos, y generalmente falsas conversiones. Estos suelen ser los pastores con influencias de Hyles, Bob Gray, etc… donde están tan concentrados en tener X números, X personas que repitan una oración, muchas veces manipulando y utilizando métodos psicológicos. Esta practica me parece muy perjudicial y muy equivocada.
En conclusión, ni tan complicado ni tan fácil. Pero evidentemente el arrepentimiento debe estar presente en la presentación del evangelismo. EL quitarlo seria un grave error, así como presentarlo de forma errónea.
Me gustaria leer su comentario hno George respecto a esto.
Muchas gracias. Muy claro y útil.
EXCELENTE