Muchos padres han experimentado el triste panorama de perder a sus hijos. —“¿Qué es lo que hicimos mal?”, estos padres se preguntan desesperanzados.
—“Llevé a mis hijos a la iglesia, los puse en la escuela cristiana y les enseñé cómo debían vivir, pero ahora se han ido al mundo y han dejado a Dios”.
—¿Será cierto lo que dice la Biblia en Proverbios 22:6, “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (énfasis añadido) o será como algunos interpretan, que el niño dejará el camino, pero que algún día, se espera que vuelva?
Muchos padres envían a sus hijos a universidades cristianas, aun a escuelas superiores cristianas, con la idea que la escuela pueda enderezar a sus hijos. Muchos comparan a la escuela cristiana con una gran lavadora designada a lavar la ropa sucia – niños, con detergente – la Biblia, a través de la cual cada niño sale ¡un 99.44% limpio! Pero, ningún padre puede culpar justamente a la escuela cristiana de sus hijos o a su universidad, si sus hijos no desarrollan un carácter piadoso. Padres, si ustedes no han entrenado a sus hijos para que tengan unas buenas convicciones bíblicas antes de que éstos entren a la universidad, tu asignación como padre está muy mal y hay una gran probabilidad de que sea demasiado tarde.
Mi propósito no es mencionar los problemas que muchos padres tienen que afrontar, sino más bien compartir una de las soluciones para desarrollar convicciones en las vidas de sus hijos. La mayoría de los padres que pierden a sus hijos, los pierden porque han fallado en enseñarles a desarrollar sus propias convicciones.
A menudo, los hijos siguen un grupo de reglas que sus padres, la escuela y la iglesia les han puesto y nunca desarrollan convicciones por sí mismos. Muchos padres y escuelas cristianas, enseñan a sus jóvenes a “haz lo que yo he dicho sin preguntar”. Todas las convicciones deben estar basadas en la Palabra de Dios, de otra manera son meramente preferencias. Nuestra obligación es hacerles saber a nuestros hijos cuáles son los fundamentos de nuestra fe. A menudo, he mencionado, “¿De qué le aprovechará al hombre, si ganara todo el mundo y perdiera a sus hijos?”
La Biblia nos enseña que la vida mana del corazón (Proverbios 4:23). Nuestros corazones son los que determinan nuestras acciones. La convicción, que es una “creencia fija”, está interrelacionada con el corazón. Las convicciones se convierten en guías para guardar nuestras conciencias y darnos dirección en la vida. Déjeme compartir con usted los cuatro pasos que creo son el proceso para establecer convicciones tanto en nuestros corazones, como en los de nuestros hijos.
Note la instrucción que Moisés da a los hijos de Israel en Deuteronomio 5:1, “Llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, Israel, los estatutos y decretos que yo pronuncio hoy en vuestros oídos; aprendedlos, y guardadlos, para ponerlos por obra”. Favor de notar que Moisés también repite los Diez Mandamientos a Israel en este capítulo. El apóstol Pablo nos enseña que estos mandamientos no fueron dados como una escalera para entrar al cielo, sino más bien que “la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe” (Gálatas 3:24).
1. Escuchar la Palabra
Escuchar es el primer paso necesario para establecer convicciones en el corazón de nuestros hijos — escuchar atentamente y disposición a aprender de lo que se menciona en la Biblia que lo dice “Yo Jehová”. Los hijos necesitan que se les enseñe a escuchar a Dios cuidadosamente cuando les hable a través de Sus preceptos en toda la Palabra de Dios. Enseñe a sus hijos a escucharle a usted y al predicador mientras la Palabra de Dios se comparte tanto en preceptos como en principios.
2. Aprender la Palabra
El segundo paso es que nuestros hijos no deben sólo escuchar la Palabra de Dios, sino que también deben aprenderla. El primer paso, el de escuchar, provee un buen marco de aprendizaje, y el segundo, el de aprender, provee el conocimiento necesario para tener convicciones apropiadas. Debemos ser diligentes en enseñarles a nuestros hijos cómo aplicar la Palabra de Dios a sus vidas. Muéstreles versículos de la Biblia que traten con el alcohol, el fumar, el maldecir, las películas, la fornicación, las drogas, la mentira, la obediencia, el respeto, la pureza y la santidad.
3. Guardar la Palabra
El tercer paso en el proceso de establecer convicciones es el de guardar los preceptos de Dios. Yo lo llamo el guardar de las convicciones en el corazón, opuesto a guardar las convicciones mentales del primer paso que está relacionado con el escuchar. Aquí es donde lo hijos aceptan lo que la Palabra de Dios dice y la guardan como un tesoro en sus corazones; aquí es donde el principio “línea sobre línea, precepto sobre precepto” viene a jugar un papel importante.
4. Ponerlos por Obra
El último paso para ayudar a sus hijos a tener sus propias convicciones es cumplir los preceptos de Dios. Moisés explicó claramente que no era suficiente el escuchar meramente la Palabra de Dios, aprenderla y guardarla, como hacen los monjes, sino que también debe cumplirse. Esto es vivir la vida de acuerdo al Señor Jesús y a Su Santa Palabra.
Es un gran gozo cuando uno ve a sus hijos tomar decisiones de acuerdo a sus propias convicciones. Tenemos que admitir que vivimos en una sociedad que va a un ritmo acelerado. Por favor, padres no se envuelvan en tantas cosas que no tenga tiempo para dedicarles a sus hijos. ¿Por qué no reconocer a sus hijos cuando éstos guardan parte de la Palabra de Dios y la suya propia, en lugar de reconocer las veces que no lo hacen? La Biblia nos dice que “el hijo necio es pesadumbre de su padre, y amargura a la que lo dio a luz” y que “el hijo sabio alegra al padre, pero el hijo necio es tristeza de su madre” (Proverbios 17:25 y 10:1). Que Dios nos dé convicción en hacer lo correcto con nuestros hijos, enseñándoles a tener convicciones.
–El Escudo de la Fe
Muchas Gracias por compartir estos pasos practicos pero poderosos!! Dios le bendiga ricamente. Me ayudo mucho leer este articulo.
Muchas gracias por compartir este mensaje, como mamá el anhelo de mi corazón es que mis hijitos amen a Dios y siempre permanezcan en él. Pido a Dios sabiduría para enseñarles a amarlo profundamente y que sus convicciones estén en su palabra. El Señor les bendiga y les permita seguir bendiciendo a otros con enseñanzas de la sana doctrina.
Hola, soy una mamá preocupada por la falta de convicción en mis hijos. Tienen 23 y 18 años. Su papá no ha tenido una clara convicción y no se ha involucrado en su instrucción bíblica. He estado sola en ese aspecto. Creo que no lo supe hacer bien porque ya no quieren escuchar ni saber nada del evangelio. Que puedo hacer a estas alturas?