La teología significa simplemente pensar acerca de Dios y expresar esos pensamientos en alguna manera. La frase “sana doctrina,” que Pablo usa, significa doctrina saludable (2 Tim. 4:3; Tito 1:9). La doctrina saludable, o la teología saludable, siempre se espera que resulte en una forma santa de vivir. La teología saludable se expresa no sólo en un credo, sino en un vivir fructífero; y una vida santa tiene que basarse en una teología saludable. Pero, el conformar nuestras vidas a la imagen de Cristo es la meta definitiva al estudiar la teología. Sin embargo, a fin de cuentas, ningún libro puede hacer esto. Solamente lo pueden hacer usted y Dios.
La Doctrina de Jesucristo (Cristología)
Creo que el Señor Jesucristo es el verdadero Dios y verdadero hombre. Como Dios verdadero y completa deidad, Él posee atributos que sólo Dios tiene: eternidad (Jn. 8:58), omnipresencia (Mt. 18:20; 28:20), omnisciencia (Mt. 16:21; Lc. 6:8), omnipotencia (Mt. 28:20; Mr. 5:11-15). Él hace obras que solamente Dios puede hacer: perdón (Mr. 2:1-12), da vida (Jn. 5:21), resurrección (Jn. 11:43), juicio (Jn. 5:22, 27). A Él le dieron los nombres y títulos de la deidad: Hijo de Dios (Jn. 10:36), Señor y Dios (Lc. 1:76; Ro. 10:13; He. 1:8). Él alegó ser Dios (Jn. 10:30).
Veamos la perfecta humanidad. Tuvo cuerpo humano (Lc. 2:52; Jn. 8:40), tuvo alma y espíritu humano (Mt. 26:38; Lc. 23:46), exhibió las características de un ser humano (Mt. 4:2; Jn. 19:28), fue llamado por nombres humanos, “Hijo del Hombre,” (Mt. 8:20; Lc. 19:10).
Creo que el Señor Jesucristo es el tema primordial de toda Escritura, tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento (Lc. 24:26; Jn. 8:58). Creo en la preexistencia, que significa que Él existió antes de su nacimiento (Jn. 3:13, 31). Él existió siempre, eternamente. Él es Dios, “el verbo era Dios” (Jn. 1:1). Creo en su encarnación; el “Verbo fue hecho carne» (Jn. 1:14). Veamos algunos propósitos de la encarnación que son; para revelarnos a Dios (Jn. 1:18; 14:7-11), para proveer un ejemplo para nuestras vidas (I P. 2:21; I Jn. 2:6), para proveer un sacrificio efectivo por el pecado (Heb. 10:1-10), para poder cumplir el pacto davídico (Lc. 1:31-33), para destruir las obras del diablo (I Jn. 3:8), para poder ser un sumo sacerdote compasivo (Heb. 4:14-16), para poder ser un juez competente (Jn. 5:22-27). Creo en su nacimiento virginal, sin padre humano (Is. 7:14; Mt. 1:18-25). Creo que Jesucristo es la segunda Persona de la trinidad.
Él nació para ser propiciación por nosotros. La muerte de Cristo es un hecho central en el cristianismo (I Co. 2:2; Jn. 10:17, 18; Ap. 4:8). Creo en la obra rendentora de Cristo; Su muerte y resurrección es la que nos da perdón de pecados y vida eterna, así como justificación delante de Dios Padre (Is. 53:1-9; Ro. 4:25). Creo en la sangre de Jesucristo como el único medio para obtener limpieza de nuestras inmundicias y pecados para tener salvación de nuestras almas (I Jn. 1:7; Heb. 9:22; Jn. 1:29).
Creo que la vida del Señor Jesucristo ha sido sin pecado que significa que él nunca hizo algo que desagradara a Dios o que violara la ley mosaica bajo la cual Él vivió en la tierra (Jn. 8:29).
Creo que Jesucristo resucitó de entre los muertos (I Co. 15:4; Mt. 28:5-6; Ro. 10:9). Creo en su ascensión corporal y visible al cielo donde está sentado a la diestra del Padre (Hch. 1:9; Ro. 8:34; I Ti. 2:5). Creo en la venida de Cristo por su iglesia en forma corporal (I Ts. 4:13-17; Ap. 1:7).
Creo que el Señor Jesucristo establecerá su reino davídico milenario (Sal. 2), ejecutará el juicio del gran trono blanco (Ap. 20:11-15), presentará la eternidad y morará con sus santos para siempre (I Cor. 15:28).
Creo que actualmente Jesucristo está a la diestra del Padre (Heb. 1:1-3), es el Señor de toda la creación (Ef. 1:20, 21), es la Cabeza de la iglesia (Ef. 1:22, 23), es nuestro Abogado ante el Padre (I Jn. 2:2), es nuestro Intercesor (Heb. 7:25; I Ti. 2:5), está preparando lugar para los suyos en la casa de Su Padre (Jn. 14:1-3) y está esperando el debido tiempo para Su segunda venida (Hch. 1:11).
El misionero Ángel Espada y su esposa Margaret sirven al Señor en Aibonito, Puerto Rico, bajo la misión Baptist International Missions.
–El Escudo de la Fe
FELICIDADES HERMANOS HERMOSO CREDO EL QUE ELABORARON DIOS LES SIGA INSPIRANDO CON SU ESPÍRITU SANTO DIOE LOS BENDICE.
Gracias al Señor por su Ministerio, EL los seguirá usando para su obra iluminándolos con su palabra, Bendiciones¡¡¡¡