Cristo retornará en busca de sus hijos redimidos, y las “señales de los tiempos” indican que su retorno está muy próximo. Lector amigo: ¿estás preparado para recibirlo?
La profecía es historia predicha. El apóstol Pedro dijo lo siguiente: “Santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados del Espíritu Santo”. El hijo de Dios no está en tinieblas, ni necesita caminar a tientas.
Con mucha frecuencia se me ha preguntado: “¿No dice la Biblia que nadie sabe el día ni la hora?” Es innegable, pero al mismo tiempo la Biblia afirma: “Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sobrecoja como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz”. En el libro de Daniel el lector encuentra la promesa siguiente: “Entenderán los entendidos”.
Tenemos en la Biblia información mucho más abundante respecto de la segunda venida de Cristo que de la primera. Los profetas proporcionaron un cuadro de los acontecimientos que vemos revelados hoy. Pido al benigno lector que considere conmigo estas trece profecías cumplidas.
1. Viajes y conocimientos. Daniel 12:4 dice lo siguiente: “Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará”. El profeta dice sin ambages que es el “tiempo del fin”. No necesito recordar al lector que los nuevos registros de velocidad acortan repetidamente las distancias de la tierra. Apenas nos acostumbramos a un medio de locomoción, cuando pasa de moda reemplazado por otro. La ciencia y los conocimientos están a la orden del día.
2. Transportes mecánicos. En Nahum 2:3, 4 leemos lo siguiente: “El carro como fuego de antorchas … Los carros se precipitarán a las plazas, con estruendo rodarán por las calles; su aspecto será como antorchas encendidas, correrán como relámpagos”. ¿Cuándo acontecerá todo esto? Nahum dice: “El día que se aparejará”.
Carreteras y supercarreteras ciñen los continentes. La congestión del tránsito es un problema diario en la actualidad. Algunos países adoptan nuevos sistemas de carreteras. El automóvil ha revolucionado este siglo. Ha creado un nuevo concepto, no sólo en lo que respecta a la construcción de edificios y diseño de ciudades, sino también en lo referente a la moral y a la moda. Ha introducido cambios en los métodos agrícolas. Ha eliminado casi por completo el ejercicio natural de caminar.
3. Desocupación y huelgas. En Zacarías 8:10 leemos lo siguiente: “Porque antes de estos días no ha habido paga de hombre, ni paga de bestia, ni hubo paz alguna para entrante ni para saliente, a causa del enemigo: y yo dejé todos los hombres, cada cual contra su compañero”.
Las huelgas son hoy frecuentes, y la desocupación es el espectro que temen los gobiernos. Los gremios obreros respaldan el principio de contrato colectivo de trabajo con el derecho de declararse en huelga y de establecer “piquetes”.
El capital responde con el automatismo. Los puestos en las fábricas están desapareciendo con rapidez. En los Estados Unidos solamente han desaparecido muchos puestos al ser reemplazadas las viejas fábricas por nuevas. El automatismo y los ingenieros ocupan el lugar de los obreros. Muchos de los que trabajan en la industria petrolífera son empleados de oficina. Hay una situación similar con los empleados en las industrias químicas y de aviación donde un gran porcentaje son técnicos. A medida que se instala maquinaria que casi piensa por sí misma, quedan sin trabajo los obreros.
En una de las principales fábricas de automóviles, por ejemplo, el automatismo hace tales progresos que una máquina operada por dos personas puede hacer hoy la labor que realizaban treinta y siete personas hace unos dos años. Esta lucha crítica entre el capital y el trabajo, entre los obreros y los patronos se intensificará a medida que transcurra el tiempo.
4. Apostasía. En 2 Tesalonicenses se nos proporcionan las instrucciones siguientes: “No os engañe nadie en ninguna manera; porque no vendrá sin que venga antes la apostasía”. Se refiere al día de la venida del Señor. Es indudable que se construyen hoy más templos que en el pasado, y que el número de creyentes aumenta. Mas, ¿por qué hay tantos templos cerrados los domingos por la noche? ¿Por qué el culto de oración es solamente un recuerdo de lo que fue?
5. Doctrinas de demonios. “Empero el Espíritu dice manifiestamente, que en los venideros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus de error y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4:1). Cualquiera puede recordar estas doctrinas. El siglo pasado propuso la idea de la “supervivencia de los más aptos”; de la “expresión libre de la propia individualidad”; del “criticismo de la Palabra de Dios”; de la “teoría marxista del proletariado”; de la “evolución”; del “impulso sexual”, según la teoría de Freud; del “librepensamiento”; de la “represalia en masa”.
A veces casi se puede sentir el roce viscoso, pegajoso, del espíritu del mal, viperino y engañoso. Se insinúa en nuestros hogares. Susurra tentaciones y la contemporización con el mal. Sacrifica principios en aras de la conveniencia, ofrenda el carácter en el altar de la popularidad. Embellece a los ídolos de este mundo de tal manera que algunos confunden santos con pecadores. Rinde culto al éxito, sin importarle los medios para conseguirlo. Tergiversa los valores, hasta que lo pasajero adquiere más importancia que lo eterno. Se presenta en carnes vivas y se estremece al ritmo irregular y frenético de la jungla. Mina el alma del hombre en el lecho del ocio y la carnalidad. No es extraño pues que el Espíritu de Dios hable “manifiestamente”.
6. “Tiempos peligrosos”. En la 2nda. Epístola a Timoteo, 3:1-4, se nos describe la situación presente: “Esto también sepas, que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos: que habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, detractores, desobedientes a los padres, ingratos, sin santidad, sin afecto, desleales, calumniadores, destemplados, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, arrebatados, hinchados, amadores de los deleites más que de Dios”.
Todo esto concuerda bastante bien con las noticias que aparecen en la primera plana de los diarios de hoy. A grandes titulares se destaca con frecuencia el egoísmo, el engaño, la vulgaridad, la delincuencia, la irreverencia, la perversión, el divorcio, la violencia, el chantaje, el relajamiento de la moral y el desenfreno. Son señales éstas de una civilización al borde del juicio. Compare las condiciones prevalentes en la actualidad con el capítulo primero y segundo del libro a los Romanos, y arribe a sus propias conclusiones. He aquí una línea de profundo significado: “Esto también sepas, que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos”. Estimado lector: ¿De qué manera tu hijo o tu hija se abrirá paso entre tantos peligros?
7. Condiciones antediluvianas. En Lucas 17:26-30 uno lee lo siguiente: “Y cómo fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del hombre. Comían, bebían, los hombres tomaban mujeres, y las mujeres maridos, hasta el día que entró Noé en el arca; y vino el diluvio, y destruyó a todos. Asimismo también como fue en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y destruyó a todos: como esto será el día en que el Hijo del hombre se manifestará”.
Estas son las palabras proféticas del Maestro. ¿Qué fue lo que caracterizó a los días de Noé? En Génesis 6:5 se nos proporciona un indicio: “Y vio Jehová … que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”. ¿Qué fue lo que caracterizó los días de Lot? En 2 Pedro 2:7, 8 se nos proporciona una seña: “(Dios) libró al justo Lot, acosado por la nefanda conducta de los malvados; (porque este justo, con ver y oír, morando entre ellos, afligía cada día su alma justa con los hechos de aquellos injustos.)”
Uno deduce sencillamente que tanto los días de Noé como los de Lot se caracterizaron por un ambiente inmoral e impío. Noé, “pregonero de justicia”, tan sólo pudo salvar a su familia. Lot, un hombre justo, sentía horror a la vida pecaminosa de Sodoma. No nos olvidemos jamás de la lección que nos lega la historia: El vicio y la lujuria pueden desbordarse a veces y alcanzar la magnitud de inundación.
8. “Angustia de gentes”. Volvámonos a otro pasaje del evangelio de Lucas y leamos: “Entonces habrá señales en el sol, en la luna, y en las estrellas; y en la tierra angustia de gentes por la confusión del sonido de la mar y de las ondas” (Lucas 21:25). ¿Hay esperanzas de un desarme? ¿Proporcionará beneficios una conferencia entre jefes de Estado? La Biblia nos dice lo siguiente: “Porque vosotros sabéis bien, que el día del Señor vendrá así como ladrón de noche, que cuando dirán, paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción de repente, como los dolores a la mujer preñada; y no escaparán. Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sobrecoja como ladrón”.
9. Rearme mundial. Leamos lo que nos dice Joel 3:9, 10: “Pregonad esto entre las gentes, proclamad guerra, despertad a los valientes, lléguense, vengan todos los hombres de guerra. Haced espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el flaco: Fuerte soy”. El profeta Joel dice que reinarán estas condiciones cuando esté “cercano el día de Jehová”.
Después de haberse proclamado el evangelio por casi 2000 años, el mundo se apresta hoy para la guerra. Los contratos para la defensa tendrán en breve prioridad en nuestras fábricas. Y las filas del ejército siguen engrosándose con nuevos reclutas.
10. “Burladores”. En 2 Pedro 3:3, 4 se lee lo siguiente: “Sabiendo primero esto, que en los postrimeros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación”.
Durante una gran conferencia teológica celebrada no hace mucho, uno de los delegados se puso de pie cuando se hizo mención de la segunda venida y dijo: “¿He viajado más de 3000 kilómetros para escuchar algo que fue descartado hace 40 años?” Uno tendría que modificar todos los libros del Nuevo Testamento para poder eliminar la verdad relativa a la segunda venida de Cristo. El retorno corporal de Jesucristo es una garantía de que todo lo demás del evangelio es también cierto.
11. El desmoronamiento de las naciones. El profeta Hageo habla de este asunto en el capítulo 2, versículos 6 y 7: “De aquí a poco aun haré yo temblar los cielos y la tierra, y la mar y la seca. Y haré temblar a todas las gentes, y vendrá el Deseado de todas las gentes; y henchiré esta casa de gloria, ha dicho Jehová de los ejércitos”.
En 1914 había 41 dinastías reales. ¿Cuántas hay hoy? Leamos el versículo 22 de este mismo capítulo: “Y trastornaré el trono de los reinos, y destruiré la fuerza del reino de las gentes; y trastornaré el carro, y los que en él suben; y vendrán abajo los caballos, y los que en ellos montan, cada cual por la espada de su hermano”. La historia de revoluciones es la historia del siglo XX.
12. La nación de Israel. Uno puede escribir el año 1948 sobre los capítulos treinta y seis y treinta y siete del libro de Ezequiel. El milagro de Israel es el milagro de un avivamiento o resurgimiento nacional de las cenizas de los terribles campos de concentración de la segunda guerra mundial. ¿Puede alguno dudarlo?
13. El destructivo poder atómico. En segunda Pedro 3:10-12 leemos lo siguiente: “Mas el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ellas están serán quemadas. Pues como todas estas cosas han de ser deshechas, ¿qué tales conviene que vosotros seáis en santas y pías conversaciones, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos siendo encendidos serán deshechos, y los elementos siendo abrasados, se fundirán?” ¿Qué sabía Pedro respecto de los elementos que, “siendo abrasados, se fundirían” cuando escribió estas palabras? Creo que escribió inspirado por el Espíritu Santo.
Las palabras de Cristo, que se leen en Marcos 13:29, son para todo aquel que profesa ser cristiano. “Cuando viereis hacer estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas”.
En Hebreos 1:1 se nos dice lo siguiente: “Dios, habiendo hablado… por los profetas”. Yo creo esta declaración. Se ha señalado a este día como el más grande de la historia. Ahora es el momento de saldar las cuentas con Dios. El Nuevo Testamento dice lo siguiente: “Tenemos también la palabra profética más permanente, a la cual hacéis bien de estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro hasta que el día esclarezca, y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones”. Esa cierta luz de la profecía lanza destellos de advertencia dirigidos a tu corazón, estimado lector, a fin de que aceptes el ofrecimiento de la misericordia de Dios, y te prepares para recibir a tu Salvador.
Orientación, 1962 (Levemente editado para eliminar unas estadísticas obsoletas de la década de los 1960)