Dos recetas infalibles para los miembros de las iglesias
Reglas para matar una iglesia
Si deseas matar la iglesia a la cual perteneces, he aquí algunas reglas infalibles:
1. No asistas a las reuniones. Salmo 42:4; 96:8 y 101:1-8.
2. Si acaso asistes, procura llegar tarde. Salmo 74:1-10.
3. Si el tiempo es húmedo, frío, caluroso o si hay mucho viento, no pienses en asistir. Salmo 122:1.
4. No pienses jamás en ocupar los bancos de delante. Ocupa siempre el último. Las gentes podrían creerte infatuado de ti mismo y, tal vez, el pastor podría sentirse animado si fueras a sentarte en los primeros bancos.
5. Vete al culto bien decidido de hallar a alguien con quien podrás reírte de todo lo que se hace. Proverbios 19:5.
6. Jamás pienses orar a favor del pastor o de la iglesia. Efesios 6:18-19. 2 Tesalonicenses 3:1.
7. No cantes nunca. Salmo 92:1-4; 1 Corintios 14:15-16.
8. No participes en las reuniones que se celebren durante la semana. Hechos 2:1-2; 3:1-7.
9. No animes jamás al pastor. 1 Tesalonicenses 5:12-13.
10. Si por ventura su sermón te haya sido una bendición, guárdate bien de hacérselo saber. Si lo supiera podría sentirse consolado y confortado.
11. Si entra al templo algún extraño, trata de no manifestarle simpatía alguna; no le mires en la cara, ni le ofrezcas el himnario. Si hicieras tal cosa los hermanos podrían creerte un cristiano celoso.
12. Trata de ir siempre sólo el culto. Se participé tú sólo del tesoro que has hallado. Juan 1:41-46; 12:20-22.
13. Proponte no dar un centavo a la iglesia. 1 Corintios 16:1-2.
14. Deja que el pastor lo haga todo.
15. Jamás hables de Cristo a nadie. Retén firme la idea que esto es obra exclusiva del pastor. Santiago 5:20.
16. Procura que tu hogarcito sea decente, higiénico y elegante. Del templo no te cuides; deja no más que esté sin atractivos, aseo y decencia. Hageo 1:2-4.
Reglas para vivificar una iglesia
Si en cambio deseas animar a la iglesia a la cual perteneces, observa estas:
1. Transfórmate en un activo miembro de tu iglesia.
2. Asiste con regularidad y puntualidad a los servicios religiosos del domingo.
3. No dejes de aprovechar de las reuniones de oración.
4. Sigue los estudios bíblicos de una manera sistemática.
5. Ora todos los días para que el Señor derrame raudales de bendiciones sobre el pastor en particular y sobre la iglesia en todas sus actividades.
6. Mantén siempre el culto en el seno de la familia.
7. Esfuérzate continuamente en tratar de conducir almas a Cristo.
8. Renuncia abnegadamente las costumbres mundanas.
9. Lee periódicos cristianos y literatura edificante para la vida espiritual.
10. Interésate en la marcha de la obra misionera.
11. Elige un trabajo que puedas hacer en la viña del Señor y persevera en su realización.
12. Lleva la luz de la esperanza cristiana por doquier que vayas y muy especialmente a los enfermos y afligidos.
13. «Ama a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo».
14. Pon de relieve las virtudes de tu iglesia y las buenas acciones de los hermanos. Haz esto en lugar de criticar sus debilidades.
15. Procura de llevar a otro contigo cuando vayas al culto. Ora por el tal y anímale con tu palabra y tu ejemplo.
16. No olvides de ofrecer con regularidad tu contribución financiera a fin de ayudar en la mayor difusión de la luz del evangelio y en la salvación de almas.
¿Cuál de estas dos recetas adoptarás tú?
El Expositor Bautista, 1924