Tres mil jóvenes con brazos extendidos se mueven como las olas de un mar tempestuoso con la música que les azota a través de las docenas de grandes bocinas que ocupan casi la mitad del auditorio público. Es como si un dios hubiera descendido, porque todos están alabando al cantante y empujando a otros para acercarse a él. Afuera, algunos escuchan para identificar el grupo o cántico que sobresale de los gritos de la audiencia. Otros imitan el ritmo y siguen caminando…Suena como cualquier concierto de Rock-n-roll, pero la tragedia es que esto describe a muchos supuestos conciertos cristianos. Los cantantes dicen: «La juventud de hoy entiende la música mejor que cualquier otro medio, entonces usamos su música simplemente cambiando su letra».
Aún muchas iglesias usan la música del mundo para atraer a jóvenes y adultos. Dicen que la música es solamente la carnada que nos permite presentarles el evangelio sin que la audiencia lo sepa. Tal vez suena bien hasta que nos preguntamos, «¿Y qué es una carnada?» Tim Fisher, director del ministerio Sacred Music Ministries (Ministerio de Música Sagrada), en Greenville, SC, la describe bien al replicar: «La carnada es una mentira que le decimos al pez. Ofrecemos al pez algo que piensa será su cena cuando pensamos nosotros en hacerle a él nuestra cena».
¿Debemos, los hijos del Dios que no puede mentir, quien también nos ha mandado que no mintiéramos, mentir en palabra o presentación, para engañar a alguien que acepte a Cristo, quien es la Verdad? ¿O por usar la música del mundo, aun tal vez con un sonido más suave que en el concierto de arriba, estamos ofreciéndole a Dios un fuego extraño que nunca ha mandado, tal como hicieron Nadab y Abiú (Lev. 10:1-2)?
La música bíblica tiene dos aspectos distintos en que se difiere de la música del mundo — su carácter y su propósito. El carácter de la música bíblica se revela en la frase cántico nuevo que se repite siete veces en nuestra Biblia. Estas palabras se encuentran en Salmos 33:3; 40:3; 96:1; 98:1; 149:1; Isaías 42:10 y Apoc. 5:9. En cada verso la palabra nuevo tiene el mismo sentido.
No es nuevo en tiempo. Por ejemplo, el auto nuevo que yo compré hace tres años. Era nuevo para mí, pero éste ya tenía más de nueve años de uso por otros dueños antes que yo lo comprara. Al contrario, este concepto de novedad habla de algo que es completamente nuevo en su carácter. No es la reformación sino la transformación de que habla esta palabra «nueva». Salmos 40:1 ilustra la idea claramente. El versículo dice: «Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mi, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová».
Según el pasaje, el cántico nuevo le fue dado a David de parte de Dios después de la conversión del salmista. Resultó en dar una impresión impactante al mundo alrededor, pero ¿por qué el mundo le prestó atención al cántico? Obviamente porque era completamente diferente al cántico del mundo. Si su música hubiese sido como la de los demás, nadie le hubiese prestado atención.
En la ciudad de Ponce, P.R., tenemos muchos bares (cantinas) y al salir de la iglesia tengo que pasar por enfrente de como seis de ellos; también tengo que pasar por algunas iglesias y es una lástima que el sonido que sale de algunas de estas iglesias es igual al que sale de los mismos bares. ¿Por qué debe el mundo pensar que nuestro Cristo es diferente al dios de este mundo si él no produce en nosotros un sonido diferente? ¿Cómo sabrá el mundo que nuestro cántico es nuevo?
Es interesante que la misma palabra nuevo aparece en otras ideas bíblicas. En Isaías 62:2 habla de un hombre nuevo; en Ezequiel 18:31 se presenta al corazón y espíritu nuevos; Gálatas 6:15 describe a una criatura nueva, y Efesios 4:24-25 nos dicen del hombre nuevo. Podemos ver que en cada caso Dios hace una obra de transformación para revolucionar completamente lo que ha sido destruido por el pecado. Estamos de acuerdo que existe la conducta mundana, los pensamientos mundanos, el lenguaje mundano y hasta la vestimenta mundana pero no la música mundana.
Por otro lado, el mundo sabe que el creyente no debe tener algunas cosas en su vida; sin embargo, solamente un grupo a través de la historia del mundo ha dicho que la música es moralmente neutral -supuestos cristianos. ¿Por qué tardamos en admitir que hay música mundana? ¿Será que algunos quieren justificarse sabiendo que no tienen razón? A mí me parece que sí. En Ezequiel 44:23, Dios exhorta que los líderes «[enseñen] a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les [enseñen] a discernir entre lo limpio y lo no limpio». Esto está lejos de la autojustificación que existe en la iglesia de hoy.
Sí, el carácter de nuestra música tiene que ser diferente al carácter de la música del mundo porque «el carácter de nuestro Dios no es igual al carácter del dios de la música del mundo» (Tim Fisher). Además, el propósito de la música bíblica es distinto. El propósito primordial de la música bíblica es alabar a Dios por su persona y sus obras. La música no nos fue dada para nuestro disfrute sino para ayudarnos a ofrecer un sacrificio de alabanza aceptable a él (Salmos 146:1-2).
Si vemos otra vez el Salmo 40:3, podemos ver que no fue el sonido de la música lo que produjo el efecto en los demás; sino que dice: «verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová». La razón de esto es que el evangelio transforma al hombre y este cambio trae interés al mensaje. Pero si intentamos evangelizar con la música en vez de con la predicación de la Palabra de Dios, en realidad estamos trabajando al revés (I Cor. 1:18-21).
Tampoco nuestra música debe existir con el propósito de entretener. Los judíos cautivos no pudieron cantar las alabanzas del Señor (Salmos 137:14) porque para el mundo eran nada más que un sonido lindo. El cántico nuevo sale cuando la Escritura toma control de uno. Considere Colosenses 3:16, «La Palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales». En base a este verso, se tiene que concluir que la razón por haber tantos problemas con la música de la iglesia hoy día es porque no está saturado de la Palabra. En pocas palabras, la música carnal procede de cristianos carnales y viceversa, no podemos esperar música espiritual de una persona o iglesia mundana.
Como Elías, hago esta pregunta a la iglesia de hoy, «¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos?» Ya es tiempo de que nos decidamos si es más importante tener más gente en la iglesia o glorificar a Dios y permitirle a él atraer a la gente en su tiempo. Debemos estar dispuestos a mirar por encima de preferencias personales y la supuesta libertad cristiana para ver lo que realmente agrada a Dios; de otra forma, pronto nos encontraremos como personas que «[tienen] apariencia de piedad, pero [niegan] la eficacia de ella» (II Tim. 3:5).
–El Escudo de la Fe Mayo / Junio 97
Con el respeto debido aporto, la palabra música es de origen griego que significa «Musa» las «Musas» eran la encargadas de adorar al dios Apolo, en la biblia no hay ninguna palabra que haga referencia a la «Música». Al traducir la biblia un vocablo hebreo que se tradujo erróneamente como música fue la palabra «NABI» la cual aparece 104 veces en la Tora, es precisamente esto lo que hacia David cuando ejecutaba el arpa y por consiguiente los malo espíritus huían de la presencia de Saúl, en las Iglesias no deben de haber «Músicos» sino Profetas que ejecuten instrumentos pero que su fin sea profetizar y con ello alabar y adorar al Santo.
SALUDOS ME INTERESA ESTE LIBRO, POR UNA ADORACION MAS BIBLICA