Donde hay vida hay crecimiento. El reino de los cielos, como se representa en la persona del Señor Jesús, es algo viviente. Note aquí:
I. La apariencia exterior. “La más pequeña de todas las semillas” (Mat. 13:32). [Nota del traductor] Se debe tomar en cuenta que cuando Jesús dijo que el grano de mostaza era la más pequeña de todas las semillas, era en el sentido del conocimiento regional de sus oyentes, no en el sentido universal o científico. Hay semillas conocidas en otras regiones aún más pequeñas. Esto no significa que la Biblia no sea confiable. Hasta hoy día hacemos referencia a “la puesta del sol”, aun cuando se sabe que el sol no se mueve. No consideramos al que hace referencia a “la puesta del sol” como un mentiroso por no usar términos más científicos, tal como no debemos acusar a la Biblia de ser mentiroso cuando no usa términos más científicos.
El reino de los cielos es como un grano de mostaza. El mismo Señor Jesucristo fue el grano viviente. Su reino era el menor de todos los reinos terrenales. Comenzó con un puñado de hombres analfabetos. Fue despreciado y rechazado de los hombres (Isa. 53). No hay belleza en él para el ojo carnal. Poco es mucho, cuando proviene de Dios. “Porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible” (Mat. 17:20). Del pueblo pequeño e insignificante de Belén nació el Salvador del mundo. “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad” (Miqueas 5:2). Observe algunos ejemplos:
1. Dios derrotó a 135,000 madianitas con los 300 hombres de Gedeón (Jueces 7; 8:10).
2. Dios alimentó a los 5,000 con 5 panes y dos peces de un muchacho (Jn. 6).
3. Dios derrotó al gigante Goliat con una sola piedra lanzada de la honda del jovencito David (1 Sam. 17).
¡Poco es mucho, cuando proviene de Dios!
II. La vitalidad interior. Es una semilla, no una piedra. En su interior hay un principio vital capaz de maravillosas manifestaciones. Es necesario plantar una semilla en condiciones favorables antes de poder ver su poder oculto y su fecundidad. La semilla viva de la verdad tal como está en Jesucristo debe caer en el suelo de un corazón quebrantado y dispuesto a creer antes de que se realice su poder vivificante. La semilla debe morir antes que pueda manifestar vida. “Lo que tú siembras no se vivifica, si no muere antes” (1 Cor. 15:36). En la vida de Jesús vemos la hierba; en su resurrección la espiga; y en el día de Pentecostés el grano lleno en la espiga. El ambiente de mundanalidad no es favorable para el desarrollo de esta planta tierna. El poder de esta semilla se encuentra en la presencia del Espíritu vivificante. “Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia” (2 Cor. 9:10).
III. El progreso manifiesto. «Y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas» (Mat. 13:32). Su vitalidad es evidente para todos ahora. El grano de trigo ha caído al suelo y ha muerto. Ha aparecido mucho fruto. Toda alma vivificada de entre los muertos es una rama. Las aves del aire se alojan en sus ramas. Pero las aves no son parte del árbol; sólo son moradores. El árbol es perfecto sin ellos. El árbol del reino tiene muchos moradores, aquellos que se identifican con él solo por su propia conveniencia. ¿Eres una rama o un morador? (Jn. 15:5)
Este tema es muy bueno
Gracias por las forma de explicar esa parabola yo la e predicado con otro entendimiento pero que bueno, somos una familia hermosa y gigante
Hijos del mismo Papa nuestro Rey y Señor Jehová de los Ejércitos , Dios te bendiga hermano, Dios te guarde, Dios haga prosperar tus caminos.
Excelente es desde otra perspectiva pero muy acertado. Contribuyendo a la expansión del Reino.