Mateo 26:26-29

Intro.

Cuando Jesús dijo que la copa era la sangre del nuevo pacto, esto sugiere que había un pacto viejo. El pacto viejo era con la sangre de animales. Siempre ha sido una ley de Dios que no se consigue perdón de pecados sin derramamiento de sangre. Heb. 9:22. Desde el huerto de Edén ha sido así. Adán y Eva pecaron y Dios mató animales para poder cubrir a ellos con pieles. Por lo largo de la historia del Antiguo Testamento encontramos el derramamiento de sangre. La sangre de corderos y becerros, la sangre de bueyes y cabras, la sangre de tórtolas y palomas, etc. Cristo puso fin a todo este derramamiento de sangre cuando él derramó su propia sangre para redimirnos. La suya era la sangre del nuevo pacto.

Prop: Usted debe tener sus pecados perdonados.

I. Porque Cristo pagó el precio supremo para hacerlo posible.

A. Por dar su vida Jesús manifestó su amor por nosotros.

1) Nadie tiene mayor amor que esto. Juan 15:13
2) Cristo nos amó aunque no éramos sus amigos. Rom. 5:8

B. Si nuestra salvación valía tanto a Jesús, debe ser de suprema importancia a nosotros también.

1) El hecho de rechazar la salvación es el pecado peor que hay.
2) El hecho de negarse a arrepentirse y pedir perdón por sus pecados es dar poca importancia a la sangre de Cristo.

a) Es preferir la vida pecaminosa a la vida pura.
b) Es decir que Dios es ignorante y no sabe lo que precisa para darme la mayor felicidad.

II. Porque debajo del nuevo pacto se puede conseguir perdón al instante.

A. No precisa un animal.
B. No precisa un sacerdote para oficiar el sacrificio.
C. No precisa un tabernáculo, templo, o altar.
D. Cristo fue ofrecida una sola vez. Heb. 9:28

1) Es imposible sacrificar a Cristo otra vez.
2) Sería inútil sacrificarle otra vez aun si fuese posible.

E. Unicamente precisa la confesión para aprovecharse de la sangre de Cristo. I Juan 1:9
*Como un hijo de Dios, yo tengo acceso a la sangre de su Hijo para limpiarme. Tengo que confesar, no más, para disfrutar de la sangre de Cristo.

III. Porque Cristo derramó su sangre gratuitamente por nosotros.

A. Cristo voluntariamente puso su vida. Juan 15:17-18
B. Era su gran amor que le movió a dar su vida por nosotros.
* Tenemos que echar abajo todo lo que nos impide comprender ese amor que Dios tiene por nosotros. Olvidase de ritos y costumbres religiosos y mucha palabrería religiosa y medite solamente en este hecho: «Dios me ama». «Él me conoce y a él yo soy importante».
C. El nos dejó la santa cena para que nunca olvidemos de esta gran verdad.

1) La cena del Señor debe ser un tiempo para reflexionar.
2) De meditar.

a) Esto precisa autodisciplina.
b) Precisa tranquilidad.
c) Satanás trata de quitar la tranquilidad del hombre.

1. Ruidos, T.V. radios, música fuerte, etc.
2. La vida pasa a un ritmo rápido.

3) Debemos meditar en el sacrificio de Cristo.

a) Para estar más agradecidos por lo que él hizo.
b) Para disfrutar del perdón que él nos ofrece.

IV. La cena del Señor es algo sagrado porque se trata de la sangre preciosa de Jesús.

A. Por eso, pedimos reverencia de todos mientras que participamos de la cena.
B. Pedimos que los niños sean quietos y respetuosos.
C. Es un escándalo lo que algunos han hecho con la cena.

1) Hacerlo una manera de conseguir la gracia de Dios. La Biblia dice que es «en memoria de» en vez de «para que».
2) Tratar de hacerlo contemporáneo. Dicen esto es el siglo vigésimo. Todo tiene que ser modernizado. Por eso, algunos han celebrado la cena con sandwiches de hamburguesa y Coca Cola.

Concl.

No trate con ligereza la cena del Señor. Es algo sagrado porque se trata de la sangre de Jesús que puede hacer tanto por nosotros. Debemos disfrutar de la sangre de Cristo, por la salvación y también por el lavamiento de nuestros pecados.

¿Qué me puede dar perdón?
Sólo de Jesús la sangre,
¿Y un nuevo corazón?
Sólo de Jesús la sangre.

Precioso es el raudal,
Que limpia todo mal:
No hay otro manantial,
Sólo de Jesús la sangre.

Fue el rescata eficaz,
Sólo de Jesús la sangre;
Trajo santidad y paz
Sólo de Jesús la sangre.

Cantaré junto a sus pies,
Sólo de Jesús la sangre.
El Cordero digno es,
Sólo de Jesús la sangre.