«Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor». Efesios 6:4
Sin querer, muchos padres corrompen a sus propios hijos. No es que no aman a sus hijos. Ellos quieren proveer todo lo mejor para ellos. Por ignorancia, piensan que tienen que proveer para ellos todo lo que el mundo ofrece. Lo que ellos no saben es que no todo lo que el mundo ofrece es por el bien de ellos. Quiero escribir algunas líneas para animar a ustedes, padres, a pensar en serio en lo que es y no es por el bien de sus hijos.
Salmo 101:3 dice, «No pondré delante de mis ojos cosa injusta». En la Biblia, la palabra «injusta» es más comúnmente traducida abominación. David tomó la decisión de no poner ninguna cosa abominable delante de sus ojos. Es una decisión que nosotros también debemos tomar. Si nosotros tomamos la decisión, debemos tener la misma norma para nuestros hijos. Entre las cosas abominables que la gente muy a menudo pone delante de sus ojos, no puedo pensar de un ejemplo mejor que el televisor. A la verdad, el televisor es una invención maravilloso. La primera vez en mi niñez cuando escuché que era posible enviar imágenes por el aire no pude creerlo. Yo sabía que era posible mandar sonidos por el aire pero, imágenes, ¿cómo puede ser? Me quedé impactado la primera vez que vi un televisor funcionando. Estaban pasando un partido de béisbol. Yo me dije a mí mismo, «tengo que creerlo aunque no puedo entenderlo». Desdichadamente, Satanás ha puesto en el corazón de los hombres el deseo de pervertir el uso de sus invenciones y hacerlas servir para corromper la mente de la gente. La televisión puede ser usada para el bien de la humanidad pero, desafortunadamente, en el día de hoy, está usada para pervertir en vez de bendecir. He escuchado de padres cristianos que tenían la suficiente prudencia de quitar el televisor de su casa. Los que ya tienen su mente corrompida van a pensar que tales padres son raros y rígidos.
Proverbios 24:3-4 dice «Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará; y con ciencia se llenarán las cámaras de todo bien preciado y agradable». Para saber quien tiene ciencia y prudencia tenemos que esperar hasta que los hijos de un matrimonio lleguen a ser grandes. Una y otra vez yo he visto los buenos resultados de un hogar donde había normas rígidas. Los hijos no traen vergüenza sobre sus padres. Al contrario, son razón de regocijo y orgullo loable. En nuestra casa no tuvimos un televisor hasta que nuestra hija menor tenía 15 años. No era un gran sacrificio. No perdimos nada. Al contrario, ganamos por no exponer a nuestros hijos a todo lo malo del mundo. El hecho de que todos nuestros hijos todavía andan fielmente en el camino del Señor no es, en todo, por no tener un televisor, pero seguro es que hizo una gran contribución. Hoy en día usamos el televisor, más que nada, para mirar videos cristianos.
Otra invención electrónica de los hombres que es fácilmente pervertido es el centro musical. Si los padres no tienen un control rígido sobre el tipo de música que sale del centro, es muy probable que sea una maldición en vez de ser una bendición. He conocido padres que se arrepintieron de haber invertido en un centro musical. Ellos se dieron cuenta de que cuando sus hijos quedaron solos en casa escucharon mala música. El centro musical puede ser usado para escuchar buena música y predicación, pero a la verdad, un grabador común y corriente puede servir para esto. Un centro musical es diseñado para pasar música a tal volumen que hace vibrar toda la casa y llegar a todos los vecinos. Padres, ¿qué quieren que sus hijo escuchen? Si realmente quieren que escuchen lo bueno sería mejor no tener un centro musical. Proverbios 18:15 dice, «El oído de los sabios busca la ciencia».
Lo que nuestros hijos ven y escuchen tiene un gran impacto sobre su manera de ser. Debemos asegurarnos que es sano.
Una cosa más es lo que nuestros hijos leen. Un hogar cristiano debe estar equipado con buenos libros y revistas. Lo padres que leen a sus hijos desde una edad temprana dan a ellos un apetito por la lectura. Tan pronto que ellos aprenden a leer van a estar leyendo. La lectura puede contribuir mucho a su desarrollo y educación. Gracias a Dios, hoy en día hay una buena selección de buenos libros cristianos. Es una inversión que rinde bien. Si quiere consejo en cuanto a la selección de buenos libros puede pedirlo de su pastor o su esposa. Muchas veces los padres cristianos pueden intercambiar sus libros y así no tienen que gastar tanto dinero en libros. «Ocúpate en la lectura». I Timoteo 4:13
Padres, sus hijos merecen lo mejor que pueden proveer para ellos. Casi siempre los niños quieren tener en su hogar todo lo que los demás niños tienen en sus hogares. A veces lo mejor que ustedes pueden hacer por su hijo es decirle, «no, hijo, no te conviene tener esto». Tal vez, ellos no van a entender porque pero cuando son grandes van a comprender y van a decir, «gracias por no haberme dado todo lo que pedí». Si realmente ama a sus hijos no va a exponerlos a toda la basura del mundo.
Estoy estudiando todos los escritos de estas paginas y están llenos de mucha bendición muchísimas gracias.
Dios los Bendiga