Sin temor a equivocarnos podemos afirmar que las iglesias evangélicas en el mundo hispano-parlante son el producto directo y legítimo de la versión Reina Valera de la Biblia. Lleva este nombre por su traductor don Casiodoro de Reina que la publicó y puso en circulación como la primera Biblia en español, editada en Basilia en 1569 y conocida como la Biblia del Oso. Cipriano de Valera, un reformador español nacido en Sevilla, cumpliendo el anhelo del propio Casiodoro, la revisó y corrigió estilísticamente y en 1602 publicó la segunda edición. De la combinación del nombre de estos dos eruditos Reina y Valera resultó el nombre de la venerada versión de la Biblia, auténtico monumento de la lengua española en su edad de oro.
Por más de 375 años, Reina Valera ha sido la Biblia de un importante sector de cristianos no sólo protestantes y evangélicos, sino católicos, cultos escritores y biblistas. Solo en la década de los años 50 comenzaron a aparecer las ediciones interconfesionales; gracias al sistema de revisiones de las Sociedades Bíblicas, la última en 1960, esta Biblia ha mantenido su prestigio, y la más favorable adhesión y aprecio del pueblo evangélico que se ha trasformado en su auténtico custodio. Hay todavía un buen número de evangélicos que se resisten a adoptar la revisión de 1960 manteniendo su preferencia por la revisión de 1909. Respetuosamente y con cierto humor se les suele llamar «evangélicos versión 1909». Lo cierto es, que ha sido tal la consideración que la Sociedades Bíblicas han tenido para esta minoría que continúan produciendo la revisión 1909 de acuerdo a su demanda. Cualquier obra literaria, y muy especialmente la Biblia , con un lenguaje en uso por más de 20 o 25 años exige necesariamente la revisión de sus formas y estilos. La lingüística es una ciencia viva, y por lo tanto en continua evolución. Cambian las formas para decir las cosas, lo que no cambia es el contenido mismo del mensaje. Basta cotejar la famosísima Biblia del Oso, que las Sociedades Bíblicas a manera de homenaje han publicado ya dos veces y que se puede conseguir en cualquier oficina de la Sociedades Bíblicas nacionales, con las revisiones actuales.
Pero, ¿cuál ha sido el secreto para la preferencia de esta Biblia sobre las pocas que circulaban anteriormente y las muchas que hoy circulan?
Una primera razón es la fidelidad de su texto a las fuentes originales. Así lo reconoce Menéndez y Pelayo en su Historia de los Heterodoxos Españoles: «Muy superior por la pureza de lenguaje y el conocimiento de los originales a la del Padre Scio que circulaba en su tiempo» (1856-1912).
La Biblia fue por desgracia para las masas de España y América Latina «el libro desconocido», y hasta «prohibido»; y en particular esta versión sufrió ataques tachándosela de «incompleta», “protestante», «no autorizada»; y siendo muchas veces arrojada a las llamas. Sus distribuidores fueron relegados al menosprecio y hasta la persecución. La polémica entre defensores y contrincantes provocó el interés por conocer mejor el texto, estudiarlo y cotejarlo, hasta el punto que con la Biblia Reina Valera se hizo realidad que Lucas predijo en el libro de los Hechos de los Apóstoles: «Y crecía Palabra del Señor y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente…» (6:7).
En segundo lugar, se debe notar que las iglesias evangélicas siguen prefiriendo esta versión de la Biblia por su forma de disposición tipográfica a dos columnas, con sus versículos dispuestos y numerados de tal manera que aun los niños se han deleitado con su manejo fácil. Muchos aprenden de memoria sus textos claves sobre verdades morales y prácticas que señalan el camino de la salvación. El lenguaje de Reina Valera ha tenido una influencia tal en el pueblo evangélico, que generaciones enteras se han formado espiritualmente con su estilo, tanto que han sido identificados «como evangélicos» ante el mundo secular aun antes de darse a conocer como tales. He sido testigo de estas experiencias en numerosos casos donde al tratar con personas extrañas a la fe, simplemente nos han dicho «por su forma de hablar usted es evangélico». Se repite la historia de Pedro junto al fogón «verdaderamente tú eres de ellos porque eres galileo, y tu manera de hablar es semejante a la de ellos» (Mar. 14:70). Ruego a Dios para que esta identidad se mantenga inalterable como señal de nuestro contacto con la Biblia y como un distintivo de la nueva vida a la que hemos sido llamados vivir, y sin menoscabo de la riqueza de las nuevas versiones de la Biblia que aparecen sin cesar en nuestros días.
Una tercera razón que justifica la firme adhesión a esta Biblia por parte del pueblo evangélico ha sido la emocional. No se puede negar que los millones de creyentes evangélicos que la adoptaron como «su Biblia», la hicieron aún más suya desde el momento en que conocieron la historia de traducción y las persecuciones y dificultades sufridas por quienes la difundieron. Todo esto ha tenido un hondo significado para quienes en sus horas más difíciles lograron tener un ejemplar de Reina Valera en sus manos. En nuestros pueblos, la historia de los «colportores» que recorrieron a veces a pie, o a lomo de mula este continente llevando la Biblia de pueblo en pueblo, está ligada estrechamente a la versión Reina Valera. Lo mismo puede decirse de sus sucesores los promotores y «voluntarios» de la obra bíblica. Muchos de ellos han escrito páginas gloriosas en la historia de la difusión bíblica aun a costa de sus propias vidas. Llevaron el Libro de los libros, la única versión que poseían en su momento, con la convicción de que era éste el instrumento auténtico de liberación y redención. A ellos y a su Biblia debemos en buena parte el crecimiento sin par de las iglesias evangélicas en nuestro continente. Esto no quita que este mismo pueblo esté incorporando con gran sabiduría otras ediciones modernas y populares de la Biblia como el elemento de estudio y comparación cristiana; profesores y misioneros se han enriquecido con ellas, y saben leerlas y cotejarlas sin prejuicios citándolas continuamente en sus estudios, escritos, sermones, estudios bíblicos, como aportes al esclarecimiento de las grandes verdades del Evangelio. En este sentido los evangélicos son fieles sucesores de los antiguos bereanos que después de que San Pablo les predicó el evangelio examinaron diligentemente las Escrituras «cada día» para ver si lo que habían oído del Apóstol concordaba con el mensaje escrito (Hechos 17:10).
La experiencia y el testimonio, alentados y nutridos por la Palabra en su traducción Reina Valera llevó a este pueblo a ser reconocido como «el pueblo de la Biblia». Ir al culto, Biblia en mano, para seguir al predicador en su exposición era parte del testimonio que el evangélico quería dar a su comunidad. La Biblia era y es para él la fuente inagotable de las enseñanzas morales. Más allá de la dialéctica y la especulación teológicas, el evangélico siente que en su Biblia está la verdad y siente la necesidad imperante de compartirla.
Su Biblia es para él, además, la revelación divina y el manantial de energías espirituales. Su mensaje es completo, supremo y eterno y provee a cuantos lo aceptan las fuerzas necesarias para conseguir una vida nueva en el orden personal y social, a través de Jesucristo el Salvador.
Digamos por último que en nuestro continente y en España, Reina Valera ha sido el instrumento por excelencia para las misiones y la evangelización. Las iglesias evangélicas entendieron desde el principio que este Libro les pertenecía sólo en la medida en que lo compartieran con sus pueblos; Lo han llevado de casa en casa, de mano en mano y por todos los medios a su alcance lo presentan y comparten con reyes y príncipes, presidentes, magistrados y dignatarios y con los pobres, ignorantes y desposeídos. No ha escapado al vivo interés de este pueblo de hacer partícipe a otros del mensaje por el cual viven y están dispuestos a morir.
El que esto escribe consiguió su primer Nuevo Testamento a la edad de 15 años en un callejón de su pueblo, arrojado entre desperdicios y basuras. Lo recogió y comenzó a leerlo intensamente. De allí a la Iglesia Evangélica sólo faltó un paso más para recibir de su pastor una Biblia de la versión que comentamos, que guardaré mientras viva. Dios obra frecuentemente por caminos misteriosos y en todo caso la Biblia ha sido decisiva en el rumbo de cualquiera que quiere obedecer su mensaje salvador.
Es posible que existan otros elementos que han gravitado en la conciencia del pueblo evangélico para hacer de esta versión de la Biblia su patrimonio, que ama y defiende con el mismo celo con el que el pueblo de Israel ama y defiende sus Escrituras. Pero los mencionados aquí muestran claramente por qué Reina Valera ha llegado a ser en buena parte la Versión del pueblo evangélico.
Guillermo Milovan, además de periodista, escritor y buen predicador, es pastor y líder cristiano connotado en su país Uruguay, y en el continente. Por cerca de 30 años se ha desempeñado como secretario general de la Sociedad Bíblica Uruguaya.
La Biblia en las Américas,1989
Una consulta .. por ejemplo en la versión king James y la Reina Valera 1909 aparecen Unicornios en vez de búfalos que aparece en la Reina Valera 1960…
Hola. Este asunto se trata brevemente aquí:
https://www.literaturabautista.com/explicaciones-para-palabras-y-frases-criticadas-que-aparecen-con-frecuencia-en-la-reina-valera/